Más de 36 millones de personas infectadas, más de un millón de muertos y ningún tratamiento efectivo contra el SARS-CoV-2. La táctica del SARS-CoV-2 para vencer al sistema inmunológico es replicarse velozmente, allí su talón de Aquiles provoca mutaciones. ¿Es posible combatirlo acelerando esas mutaciones y que el virus mute hasta morir, en un proceso de “mutagénesis letal?
El virus de covid-19 es de ARN, el material genético es ácido ribonucleico. Los virus ARN, gripe, ébola, consisten en un mensaje escrito en 4 letras, “a”, “g”, “c”, “u”, cada una representa un compuesto químico o nucleótido, y el orden de esos compuestos, al igual que el orden de las letras, en una palabra, y determina qué mensaje se transmite. En el virus, son las instrucciones para que se replique, al hacerlo genera mutaciones o errores en la secuencia de letras, 1 mutación cada 10 mil nucleótidos. Los virus DNA tienen tasas de mutación entre 100 y 10 mil veces menor. Al ser sus genomas grandes no toleran 1 mutación cada 10 mil nucleótidos. Los virus RNA tienen polimerasas (enzimas que copian el material genético) que mutan más que las de los virus DNA y carecen de mecanismos de reparación de errores. Lo ideal para la subsistencia del virus es ser un virus que casi no nos enferme.
En cada infección se generan miles de millones de partículas infecciosas. En una población, 50% de estos virus no son viables. La idea de la mutagénesis letal es que, si hacemos mutar al virus 10 veces más, en vez de 50%, un 99% de población no va a ser viable. Que sea viable, significa que pueda seguir transmitiendo su información genética y seguir infectando. Mutar hasta morir significa que un exceso de mutaciones hace que las proteínas sintetizadas por el virus sufran cambios y no funcionen bien. Esta idea deriva de la teoría de cuasiespecies, de Manfred Eigen (Premio Nobel de Química 1967) y Peter Schuster, en Alemania, que dice que un exceso de mutaciones es incompatible con mantener la información genética.
Se ha desarrollado fármacos que aumentan errores de los virus en su replicación. El favipiravir, engaña al virus para que produzca más errores. En Japón, se autoriza para tratar en humanos ciertas cepas de influenza. Hay dos trabajos con resultados alentadores. Uno lo dirigió Ralph Baric, de la Universidad de Carolina del Norte. Usó en laboratorio EIDD-280, fármaco experimental que causa mutagénesis letal en células epiteliales humanas infectadas con SARS-CoV-2. Otro estudio mostró que ralentiza el crecimiento de SARS-CoV-2. Un estudio en China en marzo mostró que pacientes de covid-19 con favipiravir eliminaron el virus en 4 días, en lugar de 11 días con otros antivirales, pero se administró a 35 pacientes y no fue doble ciego (investigadores y pacientes desconocen qué tratamiento se asigna), y aleatorizado, que los participantes son distribuidos al azar. Ambas condiciones aseguran que un estudio no se afecte por el efecto placebo o sesgo del observador.
Favipiravir y ribavirina (usada contra Hepatitis C) están incluidos en tratamientos experimentales.