La muerte de Carlos Manzo es una muestra de muchas más del desastre que vive México en seguridad. En respuesta, el gobierno federal hace planes parciales y acusa a quien puede de politizar estos lamentables y repetidos eventos, como si se estuviesen inventando.

La inseguridad se pavonea por el territorio nacional cuestionando a los Ejecutivos; secretarios de Seguridad, fuerzas militares y paramilitares federal y de Entidades Políticas. No se requiere que personas u organismos cuestionen; se evidencía la falta de seguridad pública en México y el fracaso de las políticas implementadas pues Morena y la presidenta Sheinbaum no comparten la visión respecto a qué hacer. Los intereses son diversos. Por ejemplo, acotar el lavado de dinero significa que el gobierno federal deje de recaudar miles de millones, vía impuestos.

Y así los intereses se van imponiendo sea huachicol, contrabando de armas y drogas, robo de combustible, productos del campo, extorsión, a pesar del control de los puertos y de las fronteras por militares. Enfrentar al crimen organizado significa enfrentar a los criminales y a las fuerzas armadas, acaso, ¿ellos mismos afectarán el gran negocio que AMLO les entregó?

La violencia pasó a ser “crímenes entre ellos; ajuste de cuentas” a problema central de gobernabilidad. Los cientos de miles de homicidios registrados de jóvenes, periodistas, líderes, transportistas, críticos, políticos, buscadores de personas desaparecidas, ciudadanos en general, es muestra del desastre y caos que nos aquejan y del estado de abandono en que estamos los ciudadanos.

En el primer semestre 2025 se han registrado 253 casos de violencia política, de los cuales 112 fueron asesinatos, según el Reporte Semestral de Violencia Política de Integralia, en el que se señala a Veracruz como la entidad con más víctimas por violencia política: 201 víctimas, de las cuales el 61% fueron asesinadas.

Sheinbaum heredó un país bajo dominio de la violencia, sin embargo, goza de legitimidad para cambiar la situación, tiene todo a su favor para actuar. Para eso es el poder que ostenta. ¿Por qué no parece que así lo hace?

El asesinato de Carlos Manzo reavivó en la sociedad el gran y profundo sentimiento de enojo, hartazgo, impotencia, indignación y coraje; es un sentimiento emblema nacional, que prevalece mientras observamos que las cosas continúan mal, sin mejora, y que los que tienen la tarea de protegernos, desvían su atención a cosas pequeñas