Si usted piensa que cuando llegue la hora de votar el primero de julio elegirá sólo a alcaldes, diputados federales, senadores y al nuevo Presidente de la República, se queda anclado en el presente.

En otras palabras, no se asoma al futuro. Por lo menos en Tamaulipas.

Tal vez en este momento no se vea muy claro, pero para los analistas de la política es evidente que en el momento que usted deposite su papeleta electoral en la urna, también estará decidiendo aunque sea en parte, el mañana. Estará entregando también lo que podría llamarse, un “voto extra”.

¿Por qué?

Porque estará abriendo la pasarela de quien gobernará al Estado dentro de cuatro años.

Ponga los nombres de los protagonistas confirmados sobre la mesa y podrá confirmar que la sucesión sexenal en el Estado empezará realmente, ese primero de julio. Los trienios de alcaldes y de diputados federales y desde luego los sexenios de los senadores, serán en los hechos las precampañas de los aspirantes.

¿A quiénes les dará su cargo la oportunidad de buscar ser el nuevo inquilino del 15 Juárez en Victoria?

Si ganan, los jugadores naturales por el PRI serían Oscar Almaraz Smer y Alejandro Guevara Cobos.

Un caso interesante es el del ex panista Carlos Enrique Cantúrosas, quien de triunfar por MORENA en Nuevo Laredo –como casi todos vaticinan– sería en automático el aspirante más sólido de esa facción a desplazar a Acción Nacional en ese nivel de poder público.

¿Y el PAN?

A primera vista sus prospectos no encajan en este rompecabezas. A ninguno de sus candidatos a edil o al Congreso de la Unión se les ve estatura política y social para definir desde ahora una figura competitiva. Tendrá que fabricar el panismo tamaulipeco una trayectoria emergente, porque lo que está a la vista parece haber sido alcanzado por el Principio de Peter. La percepción es generalizada: No dan para más.

Así que cuando vaya a votar en la fecha mencionada puede sentirse importante. No estará solamente definiendo a su alcalde o alcaldesa, a su diputado o diputada federal o a sus senadores y senadoras. Con su voto, muy posiblemente estará definiendo al próximo Gobernador de Tamaulipas.

¿Será por eso que –para tratar de desanimarlos– les están haciendo la vida de cuadritos a dos de ellos?…

 

LA AMENAZA DE LA IRA

Una vieja frase debería ser una máxima que todos aplicáramos en nuestro diario vivir. No respondas y no decidas cuando estés enojado.

Sí, es terrible tomar una decisión cuando la ira o el simple enojo domina a uno y le ciega, le entume la razón y el objetivo no es resolver un problema o definir el mejor camino, sino buscar la forma de lastimar y hacer morder el polvo a quien uno juzga como enemigo. En esas condiciones no se miden los efectos, no se analizan las consecuencias. Sólo importa el “te quiero hacer sufrir”.

Las elecciones venideras son un ejemplo de lo anterior. Cuidado con decidir sólo por estar enojado o querer hacer daño a algo o a alguien. Votar así significaría sin duda un placer –malsano pero al fin placer– pero nos haría olvidar que detrás de esa elección está el presente y futuro de nuestros hijos y los hijos de ellos. ¿Hay algo más importante que eso?

Cuidado con la ira. Suele hacernos confundir a los farsantes con los mesías, a los mentirosos con los libertadores y a los dementes con genios.

Aún faltan tres meses para ir a las urnas. Ojalá todos lo hagamos pensando en lo mejor para nuestros seres queridos. Ojalá no nos arrepintamos de ese voto…

 

LA FRASE DEL DÍA

“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa…”

– Demócrito de Abdera

 

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