Hay personajes que sin llegar a ser siniestros ni perversos, suelen polarizar críticas, señalamientos, insultos, deslegitimaciones y algunas veces hasta acusaciones.
En Tamaulipas, un caso en particular me llama la atención. El de Luis Enrique Rodríguez Sánchez, conocido por amigos y enemigos como “Pipo”.
Luis Enrique se ha convertido en los últimos diez años en una de esas figuras electorales que todos quieren tener en su equipo, pero al mismo tiempo no quieren exhibirlo.
La razón es que la gran mayoría reconoce, incluido quien escribe, su eficiencia en estrategias promotoras del voto aquí y en tierras ajenas, pero sus habilidades que no siempre caminan dentro de la ética no son un modelo de virtudes para pavonearse públicamente. “Pipo” es una muestra clara de que en la política es donde mejor se aplica la frase maquiaveliana de “el fin justifica los medios”.
En otras palabras, lo que importa son los resultados.
Pongo sobre la mesa esta trayectoria porque ahora Luis Enrique, quien fue artífice seis años atrás dentro del PRI en el triunfo del ex gobernador potosino José Manuel Carreras –sin importar si sacrificaba en esa ocasión amigos– ahora reapareció de manera soterrada en el equipo del nuevo ejecutivo de San Luis Potosí dentro del establo del Partido Verde, José Ricardo Gallardo Cardona. Y le ha llovido, no precisamente rosas.
Pero ojo, la verdad, satanizarlo en esta ocasión es fortalecerlo en el mercado de las urnas.
Al ponerlo como dice la voz popular, como “palo de gallinero”, sus críticos sólo están reconociendo sus habilidades y posicionándolo en el ranking electoral como operador plus. No dicen mentira alguna cuando lo tildan de bandido –todos los bandidos son simpáticos– de “mapache” y otras lindezas por el estilo, pero en el mundillo de la política y sobre todo en tiempos de votos, esos no son defectos, sino por el contrario, son atributos.
A estas alturas “Pipo” debe estar sonriendo. Ha colgado una medalla más en el espacio de sus trofeos y por si eso fuera poco, sus detractores hasta le están poniendo marco con sus ataques.
Y para terminar, una pregunta:
¿Podría “Pipo” reaparecer en la política tamaulipeca?
Sí, podría. Uno de los aspirantes por MORENA lo tiene guardado como arma casi secreta y efectiva para el 2022, con una salvedad: Luis Enrique actuaría en las sombras, así que posiblemente no lo verán sus adversarios, pero si en verdad opera, les aseguro algo:
Lo sentirán…
UN RETORNO CONFIABLE
En lo personal, no sólo me complace la decisión, sino también me infunde confianza.
Me refiero al anuncio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en la sección 30 que le corresponde a Tamaulipas, sobre la negativa de la dirigencia de ese gremio a volver a clases presenciales en escuelas que se encuentran casi en las ruinas, tanto por el abandono oficial como por el vandalismo que las ha azotado durante año y medio.
Y es que en verdad da grima ver el estado en que se hallan cientos de planteles, no por decisión de maestros o padres de familia, ambos con muy escasos recursos para actuar en ese sentido, sino por la omisión en que han caído las autoridades educativas, estatales y federales, en el mantenimiento y sobre todo, en la vigilancia de los mismos.
Sí, la postura del SNTE y de su titular Rigoberto Guevara anticipa que cuando ese organismo acepte la apertura de aulas, los centros educativos estarán quizás no en condiciones óptimas porque nunca lo han estado, pero sí con las condiciones sanitarias y de infraestructura esenciales para evitar una nueva ola de contagios y desde luego, tragedias…
LA FRASE DEL DÍA
“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil”…
Abraham Lincoln
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