El pastel de la impunidad

Esta semana, junto con ciudadanos de la Zona Centro, de las colonias Vamos Tamaulipas, Bertha Del Avellano, Altavista, Tamatán, Estudiantil, entre otras, encabecé un acto simbólico sin precedente en nuestra capital: entregamos un pastel en nombre de la gran mayoría de los victorenses, en el edificio oficial de la presidencia municipal, para recordar los casi cincuenta días de simulación que rodean a la imposición de una alcaldesa sustituta y la impunidad de un alcalde sustituido, que no solo no es investigado, fue premiado con una Subsecretaría de Salud… Increíble. ¿Qué ejemplo es ese para los jóvenes? ¿Qué les están enseñando? ¿Que al que actúa mal se le premia?

Y es que desde que era niño he visto tantas y tantas veces como en nuestro país en política la historia se repite: una persona llega al poder e incrementa descaradamente su patrimonio en tan solo unos años. Aunque suene trillado, se enriquecen a costillas del pueblo, como si creyeran que nadie se da cuenta; que nadie sabe; que nadie siente; y que jamás tendrán consecuencias por sus pillerías…

Y una de mis tesis en materia de combate a la corrupción es, que la historia se repite ¡porque nadie dice nada! Por eso creo que más que nunca ¡hoy hay que decir las cosas!

Por eso me da mucho gusto que la gente esté despierta y exija sus derechos, y que de manera irónica regalándoles su pastel de la impunidad hayamos puesto en evidencia que mientras unos están de fiesta, Victoria está molesta. Pero bueno, que celebren juntos de aquí al año que entra…
Por eso el pastel, para recordarles que Victoria no olvida, para que les quede claro a los que no son de aquí, que los que llevamos a Victoria en la piel sabemos que son los mismos; que les quede claro que el conteo seguirá, porque cada día que pasan apostándole a la amnesia victorense es un día más de confirmación de que fue una jugada electorera, de que subestiman la inteligencia de la gente.

Porque cada día que pasa exhiben más la protección de unos con otros y que, incluso se premian; por eso el pastel, para recordar que las rebanadas del mismo se las comieron y comen unos cuantos, sin escrúpulos, sin remordimiento, no obstante que el pastel es del pueblo. Pero se nota, Victoria tiene hambre, de alimento, de atención, de agua limpia, de oportunidades, de justicia… Mañana lunes es el día 50.