El doble cromosoma “X” es el que define biológicamente a las mujeres, de ahí que la reconocida doctora e investigadora de Weill Cornell Medical College/New York-Presbyterian Hospital, Lisa Mosconi, tituló a su libro para mejorar la salud cerebral y prevenir el alzhéimer en la mujer, como “El cerebro XX”, que recientemente leí y hoy me permito compartir con usted, amable lector.
El libro inicia señalando una realidad para mi desconocida y desconcertante: 60% de las personas enfermas de alzhéimer son mujeres y aún no sabemos porqué, además, una mujer de más de 60 años tiene el doble de riesgo de desarrollar dicha enfermedad que cáncer de mama. (Desde luego los datos se refieren a los Estados Unidos, pero segura estoy que en el resto del mundo occidental la realidad no debe ser tan diferente).
Por si fuera poco, la medicina ha adolecido de una disparidad de género, en varios aspectos, en particular en lo que respecta a la salud cerebral, pues los ensayos clínicos se han realizado generalmente en hombres. Es ahí que la aportación de Lisa Mosconi cobra relevancia, pues la doctora, junto con un grupo de científicos, descubrieron que las hormonas sexuales y los cromosomas XX juegan un rol clave que afecta a las mujeres al punto de empujarlas hacia una posición más vulnerable para desarrollar la temida enfermedad. De hecho, el cerebro de las mujeres se vuelve más vulnerable a la enfermedad en los años previos y posteriores a la menopausia. Gracias a la Dra. Mosconi, hoy sabemos que las mujeres debemos ocuparnos de nuestra salud cerebral décadas antes de la menopausia, y no después, así lo señala María Shriver, activista, periodista, presidenta del Movimiento Femenino del Alzhéimer y quién prologa el libro de Mosconi.
La autora remarca el hecho de que “el cuerpo, el cerebro y la vida de las mujeres difieren de la de los hombres en maneras diversas que interfieren con la salud cognitiva y el estado de ánimo a nivel general, y que pueden desencadenar la pérdida de memoria y la demencia”. De ahí que varios científicos han identificado más de treinta factores genéticos, médicos, de estilo de vida, culturales y sociales que tienen un impacto distinto sobre el deterioro cognitivo en hombres que en mujeres.
Riesgo genético. Si usted ha empezado a envejecer y además es mujer, el siguiente factor importante para padecer alzhéimer es contar con antecedentes familiares. Existe mayor riesgo si el antecedente proviene de la madre que del padre, así como el hecho de ser de origen hispano, pues contamos con 1.5 veces más propensión (que las mujeres blancas) a desarrollar demencia, cardiopatías y diabetes.
Riesgos médicos. Existe evidencia de que haber sufrido depresión, alguna lesión cerebral traumática, infecciones, inflamación crónica, enfermedad tiroidea, diabetes o cardiopatías incrementan el riesgo en las mujeres de padecer alzhéimer.
Riesgos hormonales. Mientras más largo es el período fértil de una mujer, es decir, cuanto más tiempo circule el estrógeno en su cuerpo, tanto su cerebro como su cuerpo se conservarán más jóvenes y sanos.
Riesgos de estilo de vida. La falta de ejercicio, de estimulación intelectual o incluso un bajo grado de educación y falta de logros ocupacionales incrementa el riesgo de alzhéimer; pero también el estrés, la falta de sueño, el tabaquismo y la exposición a toxinas.
La autora nos lleva, a través de su libro, a realizar una serie de pruebas para detectar el riesgo personal de contraer alzhéimer y termina haciendo una serie de recomendaciones para procurar un cerebro más sano.
Dieta. Mosconi refiere la célebre frase de la famosa modelo, diseñadora y emprendedora Iman: “En un mundo de modas, prefiero ser un clásico”, es decir, descarte las dietas de moda que no tienen ningún fundamento científico. Tenga cuidado de caer en una dieta baja en grasa en plena menopausia, pues ahora se sabe que sus niveles de estrógeno podrían desplomarse y con ellos su salud cerebral y general, pues ya se mencionó que entre más tiempo con estrógenos, más sano será el cuerpo y el cerebro de la mujer. Hablando de clásicos, nada mejor que la dieta mediterránea: Un estudio referido por la autora mostró que aquellas mujeres que siguen dicha dieta cuentan con un riesgo 24% menor de cardiopatías y 26% menor de sufrir un derrame cerebral, respecto de aquellas que siguen una dieta “occidental” alta en alimentos procesados, carne, dulces y bebidas azucaradas. La autora asegura que “la dieta mediterránea es alta en fibra y carbohidratos complejos, moderada en grasas y abundante en vitaminas y minerales, lo cual parece adaptarse a las necesidades femeninas de forma excepcional”.
Suplementos. Mosconi es miembro del grupo colaborativo de científicos, médicos y especialistas en políticas públicas llamado “Consejo Global de Salud Cerebral” el cual revisó evidencia científica sobre la efectividad de suplementos diseñados para la salud neurológica y determinó que no podía respaldar ningún ingrediente, producto o suplemento diseñado para tal fin, es decir, ¡no desperdicie su dinero en suplementos para la salud del cerebro! Sin embargo, sí se recomiendan el complejo B y el Omega-3 para reducir el riesgo de depresión, mejorar la memoria, la concentración y la claridad mental y la valeriana, melatonina, vitamina C y cremas de progesterona para conciliar mejor el sueño.
Ejercicio. Hombres y mujeres reaccionan a los entrenamientos físicos de formas diversas. El cuerpo y las hormonas de la mujer están hechos para aprovechar mejor entrenamientos poco arduos pero constantes: caminatas energéticas a una velocidad de al menos 4km/hr, andar en bicicleta a máximo 16km/hr, nadar despacio, jugar golf, hacer elíptica a ritmo lento pero constante. Ejercitarse al menos 20 minutos diarios.
Relajación, sueño y equilibrio. Tome un tiempo para “bajar el ruido mental”, para lo cual puede ayudar la meditación, pero también el reducir el tiempo de pantalla y cambiarlo por tiempo con la familia, amigos y la naturaleza, lo que en conjunto ayudará a conciliar mejor el sueño y tener una vida más equilibrada.
En síntesis: para procurar la salud del cerebro y evitar enfermedades como el alzhéimer, la depresión o la demencia, a las cuales son más propensas las mujeres, evalúe sus riesgos personales, siga una dieta mediterránea, haga ejercicio moderado pero constante y también ejercite su cerebro con retos intelectuales u ocupacionales, duerma bien, medite y dedique tiempo de calidad a sus seres queridos.
*La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.