Interesante lo que sucede hoy en el partido Movimiento de Regeneración Nacional.
Y además, ilustrativo.
Me refiero a la pugna que sostienen la presidente nacional de MORENA, Yeidckol Polevsnky y el líder del Senado –del mismo establo– Ricardo Monreal, lucha feroz en la que no reduce la belicosidad del enfrentamiento el que éste utilice como cabeza de playa a su personero y suplente Alejandro Rojas, ejemplo transparente del refrán “de tal palo tal astilla”.
A ver, a ver.
En esa muy mexicana postura de a ver quién puede más, resultan evidentes una certeza y una duda que en la opinión de quien esto escribe, le dan vida a ese choque de trenes.
Número uno, la certeza:
Hasta los niños deben saber que ese “tete a tete” entre ambos personajes cuenta con la tolerancia y quizás hasta con la complacencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador. El impuso a los dos en sus respectivos puestos, para convertirse en el actor principal de una milenaria reflexión oriental en la que se plantea la pregunta ¿Quién puede quitarle el collar al tigre?… y la respuesta de lógica pura es “quien se lo puso”.
Sí, él puede resolverlo sin duda y por lo tanto la certeza es que no quiere hacerlo.
¿Por qué?
Este es precisamente, el factor número dos: La duda.
¿A quién quiere ubicar o se quiere quitar de encima López Obrador?
Es obvio que alguno de los dos alfiles de ese tablero tiene que perder en esa medición de fuerzas. El afectado perdería no sólo un puesto, sino algo más importante, que es su papel como pieza cercana al Presidente y por lo tanto lo que en verdad es vital: su posible futuro político.
Así que ya entrado en gastos, como asienta la voz popular, suelto mi gato a retozar y expongo mi percepción sobre este entuerto, con una disculpa anticipada por mi exuberante imaginación. Va:
En el entarimado político, con todo respeto para la dama, Polevsnky no tiene ni de lejos el tamaño para convertirse por sí sola en figura presidencial. Es diáfana su sumisión a Andrés Manuel, lo mismo que su dependencia del tabasqueño. Para decirlo en lenguaje llano, sin AMLO, Yeidckol es un cero a la izquierda. Nada.
¿Y Monreal?
Esa, como decía la nana Goya, es otra historia.
El ex priísta y ex perredista se cuece aparte. El zacatecano ha formado un equipo propio, con figuras relevantes que lo han apoyado y lo siguen haciendo en sus proyectos políticos personales. No posee hasta ahora el poder de convocatoria necesario para como dicen los rancheros, salirse del huacal, pero en menos de cuatro meses del actual gobierno federal ya enseñó los dientes de su “autonomía” al armar iniciativas de ley sin el consenso presidencial y al enmendarle la plana al mismo Ejecutivo en sus propuestas para la Comisión Reguladora de Energía, obligándolo a repetir ternas.
Monreal, queda claro, está creciendo dentro de las filas “morenas” y consolidándose como opción para la sucesión sexenal. E imagino –siempre ésta desbordada imaginación– que eso no le gusta nada, nadita a AMLO, porque lo está logrando sin invocar la sombra de su mecenas.
¿Está entonces en riesgo el Senador?
Considero que no es para tanto, porque ante la pobreza intelectual del gabinete federal Monreal es casi indispensable en la nomenclatura color vino, pero una lectura “por encimita” de la batalla entre la dirigente de MORENA y el pastor de la Cámara Alta podría ser que al mantener caliente esa confrontación, lo que pretende el Presidente es enviarle un mensaje al legislador, sintetizado en buen lenguaje coloquial:
Bájale dos rayitas, Ricardo.
Y a buen entendedor, pocas palabras…

Twiteer; @LABERINTOS_HOY