La sabiduría popular sostiene que el ser humano es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra.
Es una verdad monumental. Y le ofrezco una muestra.
El PRD y el PRI, padres del partido Movimiento de Regeneración Nacional, no sólo impulsaron voluntaria o involuntariamente el nacimiento y el fortalecimiento de MORENA, sino que le dejaron un legado indeseable: No aprender de los errores cometidos.
Los perredistas, embebidos en una lucha intestina de tribus y sectas por el poder, rodaron hasta el abismo “gracias” a esos repetidos trompicones. Los priístas vieron desplomarse su imperio de siete décadas ante su monstruoso apetito por el dinero, que los hizo golpearse las espinillas una y otra vez con los mismos peñascos y rodar por los suelos.
Un día y el siguiente también, ambos tropezaron con la misma piedra: La ambición. Y hoy su hijo putativo camina en la misma ruta, en donde lo insano de este escenario parece no servir de experiencia para MORENA, con Tamaulipas como penosa muestra.
En estos momentos –todos lo saben– el partido en el poder federal registra en esta patria chica, entre su dirigencia formal y los hombres del Presidente, un feroz encontronazo por el control de la misma. Los nombres de los contrincantes saturan páginas de periódicos, espacios electrónicos y redes sociales.
De este escenario, en la opinión de quien esto escribe surgen dos aspectos para ser analizados.
El primero, el por qué en Tamaulipas todos hacen algo en MORENA por dividir a este partido y nadie parecer hacer nada para evitarlo.
Hay quienes aseguran o por lo menos confían en que un manotazo de Andrés Manuel López Obrador en la mesa arreglará este desaguisado, pero la verdad no comparto esa percepción por una razón histórica. ¿Cuál es?
Bueno, ese mismo jefe máximo tuvo en sus manos al Partido de la Revolución Democrática y jamás pudo apagar la nutrida artillería que lo socavó y lo hizo pedazos. La mejor prueba de eso es que él mismo tuvo que abandonar al sol azteca por la imposibilidad de conciliar intereses y facciones, debido a que nunca dio el puñetazo en el escritorio, que en esa parcela todos esperaban.
¿Sucederá lo mismo con MORENA en nuestro Estado?
La respuesta a esa pregunta es aún difícil de encontrar, pero el presente arroja una realidad que debería prender focos rojos de alerta en esa parcela.
El segundo factor es un juego de vencidas en donde por los resultados hasta ahora, de un lado de la mesa parece estar una manada de lobos y del otro un rebaño de ovejas.
La mano que les mece la cuna en Tamaulipas a los morenistas está demostrando que en la lucha por el poder a través de un proceso electoral puede darles clases con los ojos cerrados. Cada error, cada gazapo, cada mal paso de Regeneración Nacional, es exprimido hasta la última gota para restarle méritos a este membrete y por lo tanto, a corto plazo, también votos.
La explicación de este desaguisado para los morenistas podría darse en dos vertientes. Como dice la voz popular, es una de dos.
O en verdad las huestes de MORENA integran una cauda de ingenuos e inexpertos –como parece ser evidente– o realmente están durmiendo con el enemigo, quien ya le vendió al Diablo las almas de los candidatos para que los refunda en el infierno de la derrota anticipada.
En lo personal me resisto a pensar que Ricardo Monreal, uno de los capitanes en pugna, sea un ingenuo y mucho menos un inexperto, mientras en el otro bando Yeidckol Polevnsky puede ser cualquier cosa, menos un angelito.
Sí, sigue haciendo falta, mucha falta, ese manotazo en la mesa…

LA FRASE DEL DÍA
“Nuestro ejército es el más poderoso del mundo. Nada ni nadie podrá detenernos, pero si lo dividimos nadie sabe lo que puede ocurrir…”
“La traición de Roma”/Santiago Posteguillo

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