Tras muchos tratamientos, el último con estrógenos descubrió que la pérdida de memoria y desorientación eran por menopausia. El deterioro cognitivo se vincula a reducción drástica en niveles de estrógeno, cuya producción decae años previos a la menopausia, que comienza un año después de la última menstruación. Síntoma menos conocido es la niebla mental o cerebral (brain fog), que muchas mujeres sufren. Mujeres que atraviesan la perimenopausia (7 años en el momento en que dejan de menstruar) comienzan a tener dificultades para recordar y encontrar palabras, concentrarse en varias tareas.

Aparecen con frases como “lavar la ponedora” en vez de poner la lavadora, o referirse a objetos que quieren nombrar como “eso” o “esa cosa”. Afecta el tipo de memoria que se usa cuando vamos a la tienda y tratamos de recordar las compras o cuando contamos historias o participamos en una conversación que se desea recordar, explica Pauline Maki, profesora de psiquiatría y ginecología, Universidad de Illinois. 60% de las mujeres peri menopáusicas o menopáusicas experimentan estos cambios cognitivos. El cerebro cuenta con receptores de estrógeno situados en el hipocampo, región cerebral importante para fijar y recuperar cierto tipo de memoria. La caída de estrógeno afecta al hipocampo.

60% de mujeres durante la transición a la menopausia tiene problemas con el sueño que se asocia a la memoria y al funcionamiento del cerebro. La falta de sueño afecta circuitos de la memoria. Los bochornos en caso extremo se prolongan hasta los 70 años. Algunas mujeres se despiertan en la noche y se cambian de ropa debido a la transpiración. Se pensaba eran síntomas benignos que la mujer sufría, ahora vemos que se asocia a riesgo cardiovascular y es marcador de enfermedad cerebral de vasos pequeños, de menor eficiencia conectiva entre hipocampo y cambios en la memoria.

Los cambios en el estado de ánimo, ansiedad y depresión, que aumentan, hacen mella en la memoria. Hay cambios en la cantidad de sangrado, sequedad vaginal, palpitaciones, dolores y endurecimiento de articulaciones. Reducción en la masa muscular. Recurrencia de infecciones en el tracto urinario. En una edad en que la mujer está con muchas cosas; niños, carrera, padres ancianos, etc., se asocian al estrés. Los ginecólogos están entendiendo que la niebla mental se despeja a medida que el cerebro se acostumbra a funcionar con poco o nada de estrógeno, es transitoria. La terapia de remplazo hormonal moderna es específica, enfocada, con múltiples formas de estrógeno. Son mejores y de beneficio.

Para quienes no padezcan síntomas tan agudos o por la razón que fuere optan por no hacer terapia hormonal, hay otras medidas que mejoran el desempeño cognitivo, como hacer ejercicio aeróbico, estimular el cerebro con juegos y ejercicios mentales, cumplir una rutina para mejorar el sueño, disminuir el consumo de alcohol por la noche y adoptar una dieta mediterránea.