Mi madre siempre ha estado pendiente de las fechas de cumpleaños de sus hijos, incluso de sus nietos, yernos y nueras; apenas hace 4 meses se enteraba y de inmediato daba instrucciones para que se le entregara un obsequio a su nombre, apenas hace 4 meses aún se comunicaba verbalmente, en lo particular, no apreciaba que el mejor regalo que podía tener en el cumpleaños era el que ella expresara con palabras lo mucho que nos ama; hace un año tuve la oportunidad de escucharla decir que me amaba, ayer cumplí años y mi madre tiene 4 meses de que no articula palabra, pero ha sido tanto su amor por nosotros que hace un esfuerzo importante para que nos enteremos que está consciente y recibe en forma adecuada la información de todo lo que ocurre en su entorno, por ejemplo cuando está molesta con alguno de mostros cierra sus ojos y no los abre hasta que nos perdona la falta que hemos cometido; cuando la visitamos y nos marchamos de su lado hace lo posible por darnos la bendición, cuando quiere que le tomemos la mano acerca su antebrazo izquierdo. Un día antes, la visité y le informé que estaba por cumplir años, ella, sorprendida abrió sus ojos grandemente para verme, como reclamando el hecho del por qué no se lo habían recordado y después cerro sus ojos, y pude ver como rodaba una lágrima por sus mejillas, los abrió nuevamente, apretó mi mano y me miró fijamente, sentí cómo su mirada llena de ternura entraba en mi ser, estremeciéndome y estando a punto de llorar le dije: Todo está bien mamá, no pasa nada, es un cumpleaños más, solamente eso, tal vez te estés preguntando cómo se te pudo olvidar, en seguida acerque mi mejilla a sus labios y me besó como sólo una madre suele hacerlo.
Agradezco por este amable conducto las atenciones que tuvieron conmigo con motivo de mi cumpleaños, y así como mi madre abrió sus ojos, me sorprendí por el hecho de recibir tantas felicitaciones, le doy gracias a Dios por bendecirlos con ese gran sentimiento y apreciar en la distancia el poder de sus palabras, acaso no es una bendición estar vivo para expresarlas y yo para llenarme de gozo al recibirlas. Dios los siga bendiciendo con vida y salud, porque ese es mi mejor regalo.