La duda flota en el ambiente de MORENA.
¿Fue ignorancia o fue un intento de “albazo” la supuesta designación de cuatro personajes –dos varones y dos damas– como precandidatos a la gubernatura de Tamaulipas?
La primera posibilidad tiene base por el escaso o nulo talento que han exhibido quienes integran la incoherente y deshilachada directiva estatal de ese partido. Cualquiera que sea el epílogo de esta aventura, sería deseable para ese instituto que lo anterior fuera la causa del trance que viven par aa final de cuentas poder argumentar que se cometió un error producto de la falta de inteligencia. No pasaría de un simple tropezón.
Pero la segunda posibilidad es mucho más grave. Y peor aún, es la más creíble.
El escenario de un malogrado e intencionado “madruguete” debe quitarle el sueño a la dirigencia nacional, porque sus implicaciones lastimarían no sólo la confianza de los seguidores morenistas en su hogar político, sino que sus estragos alcanzarían a una parte importante de los aspirantes.
Las preguntas vuelan;
¿Quién o quiénes planearon esa reunión del Consejo estatal?
¿Por qué lo hicieron sin mediar una convocatoria oficial?
¿Quiénes cabildearon a favor de los supuestos designados?
¿Quién o quiénes animaron al Consejo Estatal a desafiar al Nacional?
Sin respuestas todavía a la mano, lo cierto es que el lodo que se pueda desprender de este “affaire” partidista puede salpicar hasta a quienes no participaron en la factible intentona de asonada, ante el posible golpe a la solvencia moral y transparencia que presume ese organismo.
Por lo pronto, involucrados o no en ese desaguisado, los cuatro nombres que aparecieron con o sin el consentimiento de sus dueños y dueñas, parece en estos momentos ser el beso del Diablo para Maki Ortiz, Laura Moreno, Adrián Oseguera y Héctor Martín Garza. Cualquiera que sea su destino final, así resulten pese a todo los agraciados, nunca podrán quitarse de encima –tal vez injustamente o tal vez en forma merecida– la etiqueta de golpistas.
Y es curioso y paradójico. Quienes no aparecieron fueron los más beneficiados por su papel de víctimas: El puntero Rodolfo González y sus colegas más cercanos, Américo Villarreal y José Ramón Gómez Leal, quienes demostraron sin buscarlo que en ocasiones son más importantes las ausencias que las presencias.
En fin, no me parece la voz del senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán la más autorizada para hablar del tema y calificarlo, pero en esta ocasión debo darle la razón.
Ese Consejo Estatal es un organismo “patito”. Y como tal, obtuvo un resultado de la misma naturaleza…
SABIDURÍA POPULAR…Y POLÍTICA
La sabiduría popular incluye entre sus perlas dos frases magistrales: Una refiere que la mayor cantidad no significa que también haya mejor calidad y la otra es que más sabe el Diablo por viejo que por Diablo.
Le diré el porqué de esas citas.
Acción Nacional, con una estrategia diametralmente opuesta a MORENA, su principal rival político, en el papel se proclamó aperturista pero en los hechos cerró sus filas de aspirantes a la candidatura a gobernador en apenas dos nombres, César Verástegui y Jesús Nader. Todas las demás figuras que usted pueda apreciar en ese panorama no tienen nada que qué hacer.
Esa sobriedad a ultranza en el manejo de aspirantes le está rindiendo frutos frente al desorden morenista que le causó abrir las puertas sin ton ni son y aceptar hasta a Perico de los Palotes como aspirante oficial a participar en la encuesta que definirá a su abanderado.
Con esos protagonistas, el PAN concentra en sólo dos polos los votos potenciales y se maneja al mismo nivel de impacto y resultados que sus principales adversarios electorales, lo que confirma los dos refranes antes mencionados: La mayor cantidad no significa mayor calidad y más sabe el Diablo por viejo que por sus habilidades demoníacas…

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