1.- Luego del cónclave panista del lunes pasado presidido por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca con los aspirantes a sucederlo en la silla principal de Palacio de Gobierno, hay quienes ven en ese evento la intención de impulsar al hermano del mandatario en el juego de la elección interna en la definición de la candidatura. En las últimas 24 horas portales informativos nacionales como Aristegui Noticias, Político MX, o medios impresos como El Mañana de Reynosa difundieron informaciones en las que afirman que el Senador IGCV “revela intención de ser candidato a la gubernatura de Tamaulipas”.
El mandatario tamaulipeco convocó a la residencia oficial Casa Tam, a César Augusto Verástegui Ostos, quien ha sido el principal operador en el propósito de “calentar” la arena electoral e incentivar el ánimo de los panistas; otro de los invitados fue Chucho Nader, el mejor ejemplo en resultados de gobierno en municipios; asimismo asistió Gerardo Peña Flores, el coordinador de la bancada azul en la Cámara de Diputados y quien ya había manifestado su apoyo a favor del Truko; en ese escenario no podía faltar el Presidente estatal de Acción Nacional y coordinador de la bancada en el Congreso local, Luis René Cantú Galván, mejor conocido como El Cachorro.
Dicen que no hay quinto malo, ahí estuvo el Senador Ismael García Cabeza de Vaca a quien ahora lo impulsan en una ola de comentarios que lo resucita como aspirante. La realidad es que si usted escucha el video de El Mañana, él no dice que tenga como intención ser candidato, pero tuvo que responder a la pregunta del entrevistador: ¿Le gustaría ser gobernador de Tamaulipas?’.
Dígame Usted quién en su sano juicio va a responder un NO, y aunque él intentó dar un rodeo, terminó aceptando que sería un honor.
Y la respuesta fue así: “Yo creo que a todos nos gustaría un cargo en donde podamos servir a los ciudadanos y, definitivamente, es el mayor honor político que pudiera llegar a aspirar”.
Si el propósito de la reunión era concertar la unidad en torno de quien al final resulte favorecido con la candidatura, esta versión del “auto destape” del senador Ismael viene a provocar todo lo contrario y los adversarios políticos del régimen y los competidores electorales sabrán sacarle provecho a esta coyuntura mediática.
La posibilidad de caer en la tentación es muy grande, sobre todo cuando la divisa más importante en este momento político es la lealtad.

LA LEALTAD ESCASEA EN POLÍTICA
Morena ya probó por estos días, lo que es deslealtad en el Congreso local de Tamaulipas, por eso tanto en la corriente azul como en la guinda, el Gran Elector en uno y otro caso, la lealtad será algo condicionante en sus respectivos candidatos.
Porque el sucesor sea panista o morenista, una vez sentado en la silla principal de Palacio de Gobierno, dará color, el verdadero color de su identidad política, porque hay quienes cambian de piel luego de la transición.
El 1º de octubre de 2022 se empezará a escribir otra historia de poder y hay un juicio empezado que espera su desenlace.
FGCV necesita un sucesor que le cuide la espalda en la retirada. Y Morena por su parte requiere de un representante que escriba el capítulo inconcluso de la historia del gobierno 2016-2022.
El juicio de la historia le espera a todo ex gobernante. Y eso no lo escriben los ciudadanos aunque tengan su propia idea, o sentencia, este capítulo queda en gran parte, en manos del sucesor, sea del mismo partido o de uno diferente.
A partir de 2022 tendremos una sucesión o una transición.

SIN CICATRIZAR HERIDAS DE LA TRANSICIÓN DE 2016
La transición política es un proceso de transformación de las reglas y de mecanismos de participación en la competencia política, que puede llevar a un régimen democrático hacia el autoritarismo, o viceversa. A nivel estatal en este momento puede implicar simplemente un nuevo estilo de gobernar.
Tamaulipas ha tenido transiciones políticas dentro de un mismo régimen Constitucional, fue el caso del Portegilismo que trascendió más allá de un periodo constitucional y que dejó raíces que tardaron mucho en extirparlas.
También fue el caso del Cardenismo (el de Don Enrique), cuando llegó el régimen de Martínez Manautou los “cardenistas” se quedaron fuera de las nóminas y de los puestos de poder, a pesar de ser del mismo partido.
En 2016 con el arribo del panismo al Palacio de Gobierno también se sufrieron severas consecuencias cuyas heridas todavía no cicatrizan, ni en lo político, ni en lo socioeconómico.
En Cd. Victoria se vive con mayor rudeza esa transición, porque a diferencia de la zona fronteriza o el sur de la entidad, que tienen fuentes de ingresos que no están ligadas al Gobierno del Estado, en la capital se depende casi absolutamente de la administración estatal.