“Velad y orad para no caer en la tentación. Que si bien el espíritu está pronto, mas la carne es flaca” (Mt 26:41)
Difícil es el camino, la sombra del mal acecha día con día y los seguidores de Cristo apuramos el paso para no ser alcanzados; algunos ya cansados de tanto correr detienen su camino para enfrentar lo que tanto temen, y quedan tan sorprendidos, al percatarse de que eran seguidos por su propia sombra.

Qué difícil es enfrentarse con el enemigo que hay en sí mismo, aquél que se resiste a abandonar su egoísmo y un orgullo mal entendido, aquél que se alimenta de sentimientos vanos que lo separan de Dios y sus hermanos.
Señor, tú que eres el Buen Pastor, no te olvides de las ovejas que se pierden en el camino, acude a su llamado y rescátalas para que se integren a tu rebaño, no permitas que sigamos dándole poder a los sentimientos que lastiman el espíritu y mortifican el cuerpo.

Cuánta insensatez existe por padecer sordera y ceguera espiritual, hemos pasado de largo cuando debemos detenernos, hemos hecho de tu palabra otra rutina en nuestra vida, sólo una costumbre; hemos permanecido dormidos cuando nos has pedido que velemos y oremos para no caer en la tentación.

Hasta dónde hemos dejado crecer al enemigo que hay en nosotros mismos; ahora, el orgullo mancillado y el egoísmo tiene más poder que el amor, buscamos afanosamente aferrarnos a las cosas materiales, a sentimientos impuros, te hemos abandonado y nos hemos abandonado a nosotros mismos.

Perdónanos Señor y ayúdanos a perdonarnos a nosotros mismos, ilumina nuestra vida con la sabiduría de tu Espíritu Santo, para entender, que sólo amando de verdad podemos perdonar y ser perdonados.

Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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