“Aparta mis ojos para que no miren la vanidad; haz que viva siguiendo tu camino o Ley Santa” (Salmo 118:37).

Si pienso como hombre, actuó como hombre, mas no debo olvidar, mi Señor, que nos tratas como hijos al vivir según tu justicia y la práctica de tus virtudes, por eso, todas nuestras obras deberían causarte agrado, mas por causa de nuestras debilidades como hombres, en ocasiones, no merecemos la distinción divina que nos has concedido; guíanos como el padre amoroso y justo que eres, porque todo el poder y la gloria son tuyos.

El mal nos asecha a cada paso que damos, topamos con innumerables obstáculos que vulneran nuestra voluntad por ser frágil nuestra fe, por eso te pido Señor, nos ayudes a mantenernos firmes y siempre leales a tu mandato, para poder estar a la altura del honor que nos obsequias y sea nuestro mejor aliado el Espíritu Santo para conducirnos con humildad, alejados de toda vanidad humana.

Padre, hoy más que nunca necesitamos de tu amor, ayúdanos a vencer nuestro miedo, a tener confianza, a no desfallecer cuando nos enfrentamos al enemigo.

Gracias Padre Celestial por escuchar nuestras súplicas, bendito seas por siempre, bendito el que viene en tu nombre, nuestro Salvador Jesucristo.

Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com