Diferente no siempre es mejor, sólo implica cambio de forma para hacer las cosas, o sea, que se puede hacer lo mismo, incluso, llegar al mismo punto pero por otra ruta. Los verdaderos cambios vienen de adentro, del interior del ser, y siempre se hacen analizando el impacto en lo individual y en lo colectivo, para evitar daño colateral.
Yo quiero cambiar, porque realmente necesito hacerlo, me acostumbré a actuar de una manera que reñÃa con mi naturaleza, consciente de que no era la mejor opción para mejorar, solamente me permitÃa tener un estatus, una presencia en mi entorno.
Todos hemos actuado alguna vez de manera contrarÃa a lo que dicta nuestra naturaleza, alguien puso las reglas, tenia peso polÃtico, autoridad o poder para hacerlo y lo obedecimos, pensando que quien fungÃa como lÃder tenÃa la razón, pero estaba equivocado, como se han equivocado millones de mexicanos al tomar decisiones condicionadas por un ambiente viciado, toxico, nocivo pues, para la salud integral del ser humano; todo conlleva mensajes de sumisión, de despojo, de vulnerabilidad, promoviendo discapacidades, incluso, para tomar buenas decisiones.
La pérdida de la voluntad, de hecho, inicia muchas veces en el seno de la familia, porque minimizamos la inteligencia de nuestros hijos y tomamos decisiones por ellos, pensando que es lo mejor, anulando su pensamiento crÃtico.
Diferente no es garantÃa de mejor, y menos cuando se trata de incidir en el presente y el futuro, el verdadero cambio es personal, debe de darse sin la presión de un poder que se limita a sà mismo al tener una visión totalmente oscura de una nación que es más grande que todos sus problemas, y ha sobrevivido a pesar de los errores de aquellos que alguna vez tuvieron, de inicio, la buena intensión de gobernarnos con honestidad y justicia y terminaron consumiéndose a sà mismos por la ambición de ser perfectos.
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