¿De qué tamaño es la mentira de la migración a los Estados Unidos? Bueno eso depende de la época a que se refiera la indagatoria, pues la tradición de ese país es abrir las puertas cuando se necesita para poder construir una patria, de la cual luego se sienten dueños absolutos como si fueran parte de sus pueblos originarios.

El orgullo Sajón lo traen a flor de piel, no importa que los primeros migrantes fueran indeseables en Europa, desde su mirada de ensueño, si eran güeritos y de ojo de color, eso era suficiente para borrar crímenes y delitos de antaño de esos de los que ya nadie quiere acordarse.

Desde su creación como nación, la migración ha sido el factor que ayudó a convertirla en el país más desarrollado del mundo, pero también su espíritu bélico le proporcionó los elementos necesarios para convertirla en la nación más poderosa del planeta.

Los pioneros buscaron el espacio, pero no fue de motu proprio, la nueva nación ofreció tierras y riqueza a quienes estuvieran dispuestos a ocuparla, a trabajarla y desde luego a eliminar a los seres que las ocupaban desde antes, pero que vestían de forma exótica y que además tenían un tono de piel bastante cobrizo.

Su afán los llevó a cometer excesos, en el exterminio se les pasó la mano y por ende desapareció poco a poco la mano de obra disponible, así que hubo necesidad de una nueva oleada de migrantes, como ya Europa había renacido y además se habían ilustrado, fue menester buscar en el África, que, aunque más pardos que los originarios, se intuía que serían buenos para el trabajo físico, por su complexión y por su calidad de ciudadanos de segunda, según los blanquitos de ojos de color.

Hasta que llegaron los abolicionistas, entonces, se dieron cuenta que leer también servía de algo y cambiaron sus costumbres esclavistas para abrirle paso a una nación cosmopolita, y que mejor que pensar en los orientales.

Punto número uno a favor, el tono de su piel no es oscuro, tampoco blanco, pero los iris de color celeste aprecian el color amarillo con menos intensidad, así que visualmente no eran tan repelidos.

Hasta que mostraron sus habilidades en las líneas de producción, y ahí fue donde se convirtieron también en motivo de persecución, pues el plan original era traerlos para resolver el problema de la falta de cocineros, no para convertir en desempleados a los güeritos.

El otro problema que se les presentó, es que los asiáticos lucen todos iguales y por bastante tiempo, así que tuvieron un problema de longevidad, pues algunos vivían más de 200 años, lo cual era imposible, excepto para ellos que no notificaban el fallecimiento de nadie, para con los mismos papeles de nacionalidad recibir a un paisano más.

La vista gorda de las autoridades era apreciada según la conveniencia de las necesidades de fuerza laboral bruta.

En tiempos de Barack Obama se dio la mayor persecución de ciudadanos mexicanos ilegales en los Estados Unidos, la razón es simple, nunca reconocida por ninguna autoridad oficial, pero alguien en el círculo íntimo de Obama y Biden, sugirió la posibilidad de que los mexicanos al paso que iban podrían llegar a gobernar ese país.

Y desde entonces surgió la apertura para la mano de obra necesaria en el país, siempre y cuando no fuera más de origen mexicano, así que sembraron en Centroamérica la expectativa del sueño americano, siempre y cuando llegaran acompañados de hijos.

Todo mundo se percató de como los recibían, hasta que se convirtieron en problema, pues muchos de los migrantes los hacían con hijos prestados, los cuales después de cumplir su misión eran abandonados a su suerte.

De eso nadie quiere hablar, asumieron la culpa como quienes habían separado a las madres de sus hijos, pero esos casos fueron los menos, el verdadero problema era la cantidad de huérfanos ficticios que inundaron la zona fronteriza americana.

La semana pasada cayó una tromba en el campamento migrante, en cuestión de minutos arrasó con los poco que tenían, su carpa, sus cobijas y sus almohadas, el viento y el agua se las llevaron, también su ropa, en la desesperación fue notorio ver las imágenes de padres empapados tomando de las manos a sus hijos y pasando literalmente por encima de los Oficiales de Migración Norteamericana en el puente internacional de Matamoros.

Esos padres y sus hijos no tienen la culpa de nada, tampoco el país, el estado o la ciudad por la que transitan, los verdaderos culpables de todo esto, DESPACHAN EN WASHINGTON D.C.

 

 

Jorge Alberto Pérez González

 

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