Es una especie de regla.
Para que alguien pueda disfrutar, reza un viejo dicho popular, alguien tiene que sufrir.
Ojalá que ese sea el caso en la renuncia de Germán Martínez a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social. No es la opción más deseable porque es un eficaz administrador público, pero quizá esta especie de “sacrificio” del ex panista y calderonista, signifique una de las últimas oportunidades no solamente para mejorar al IMSS, sino para salvarle la vida.
Opino así porque es la primera vez que veo, emitido por un titular del mismo, un diagnóstico tan brutalmente real sobre la enfermedad casi terminal que ataca a esa institución y el desolador escenario que le espera, si se obstinan en tratarlo como una caja registradora y no como en teoría es su esencia: proteger a quienes más necesidad tienen de auxilio médico y familiar.
Casi casi, un estado de coma fue lo que planteó el ex dirigente nacional de Acción Nacional, del cual indiscutiblemente no tiene la culpa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero sí la obligación de aceptar que ese drama existe.
Son muchos los males que aquejan al Seguro, como coloquialmente le llamamos los mexicanos, muchos de los cuales ya los conocemos desde hace décadas, pero en la perspectiva de quien escribe lo novedoso –que podría ser el remate de este enfermo– es el papel de Hacienda en esa estructura.
No hay por qué darle más vueltas a este trompo para saber de qué color es. El presunto intervencionismo de la SHCP es porque se está privilegiando el manejo del dinero sobre el servicio social. Si no es Chana, es Juana, asienta la picaresca nacional.
En lo particular me resulta extraña la estrategia por el perfil del nuevo gobierno, el cual ha declarado y confirmado que su visión es en sentido inverso: primero la gente y después el dinero, aunque ahora paradójicamente en el IMSS aplica un criterio situado en las antípodas de la política, al imponer un control empresarial que parece orientado a crear Gerentes en lugar de Delegados.
No menosprecien al Seguro Social. Es un terreno de alto riesgo.
En él convergen los sectores más desprotegidos y si hay caldos de cultivo para inconformidades, éste es uno de ellos…

PALABRAS DE LECTOR
En respuesta a una opinión de este servidor, publicada ayer en este mismo medio sobre el avance en seguridad en las carreteras del Estado, en la tarde del martes recibí un comentario de un lector.
Señala lo siguiente, editado por estrictas razones de espacio físico:
“Mi nombre es Erasmo Garza y el de mi esposa Magdalena, omito los nombres de mis hijos, pero vivimos en el municipio de Guadalupe, Nuevo León y tenemos familia en Tamaulipas, porque los dos somos de Madero, de donde salimos hace 20 años.
Acabo de ir a Tampico en Semana Santa, a donde tenía nueve años de no hacerlo porque cuando lo intenté nos quitaron nuestro carrito en González y casi nos matan. Nuestro hijo mayor tenía dos años y mi esposa estaba embarazada.
La verdad le pensamos mucho para volver pero varios vecinos me dijeron que ya las cosas están muy cambiadas, le echamos valor y pues fuimos a la playa.
Quiero decirle que nos quedamos muy sorprendidos de ver a esa policía que nos dijeron se llama de auxilio carretero y qué le digo, muy contentos por la tranquilidad, que hasta nos paramos a comprar chiles y fruta en el camino.
Ojalá que sigan así, porque pensamos ir en vacaciones de los huercos en julio. Ya le agarramos confianza, así que los felicito por esa vigilancia y felicito al gobernador Cabeza de Vaca (sic) por cambiar a su Estado de esa manera”.
A sus órdenes, don Erasmo..

LA FRASE DEL DÍA
“Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia…”
San Agustín

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