Todavía no entra en funciones el gobierno federal electo y ya ha generado un caos internacional devaluando el peso y creando una gran incertidumbre entre los inversionistas. La famosa consulta ciudadana que concluyó este domingo para determinar el futuro del Aeropuerto de la Ciudad de México fue el pretexto perfecto que Andrés Manuel López Obrador utilizó, aprovechándose de su popularidad, para imponer sus decisiones a pesar de lo desastrosas que serán las consecuencias.
En una consulta que dicen fue amañada (hay un video que circula en redes de muestra) y con una muy poca participación ciudadana, se dio a conocer la decisión de favorecer el proyecto de Santa Lucía que consiste en construir dos pistas, un edificio terminal con 33 posiciones y una torre de control en la base militar que complementarían el actual aeropuerto, los cuales se conectarían con un tren rápido y cuya obra costaría poco más de 70 millones de pesos, contra los casi 170 millones del proyecto que impulsa el todavía presidente Enrique Peña Nieto y cuya obra lleva un buen porcentaje de avance.
La decisión ha generado un caos pues todo lo invertido hasta el momento se irá directo a la basura y con ello la credibilidad de la nación, lo que no le ha importado al nuevo gobierno federal. En Tamaulipas apenas votaron un ´punto ocho por ciento del padrón electoral, algunos ni siquiera se enteraron del ejercicio mientras que otros fueron más prudentes al no tomar decisiones de algo de lo que no son expertos.
En números reales, poco más de 16 mil personas votaron por la propuesta de AMLO y solo 5 mil 800 por el proyecto del presidente saliente aunque podemos asegurar que la mayoría de los participantes desconocen el tema y solo acudieron para respaldar al futuro presidente que sigue siendo muy popular.
En redes, los actores políticos tamaulipecos opinaron cómo Edgar Melhem Salinas, ex líder de los diputados federales prisitas quien escribió “con una consulta amañada se cancela el proyecto de inversión que nos permitiría ser más competitivos. Hoy amanecimos sin aeropuerto y sin confianza en futuras inversiones”.
En fin.
Hablando de priistas, este fin de semana por fin les hizo justicia la revolución y después de meses y meses de solicitar auxilio llegó a la capital la flamante dirigente nacional para bautizar a Yahleel Abdala (con o sin acento en la última “a”) como la nueva dirigente estatal.
La fiesta de bienvenida fue la acostumbrada entre los priistas de antes, solo que ahora hicieron falta muchas figuras del priismo tamaulipeco lo que denota falta de unidad entre la militancia tamaulipeca.
La joven dirigente, por su parte, con el mismo entusiasmo que la caracteriza aceptó el reto de Tamaulipas y se comprometió a regresar la credibilidad al partido que perdió hasta la dignidad con Sergio Guajardo Maldonado, sin ninguna consecuencia para él; al contrario, siguió dando discursos.
Que Dios lo bendiga, gracias.
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