La democracia, la transparencia, el buen gobierno, los políticos buenos, son cuentos universales, esbozo de realidad para confundir y distraer a la sociedad, alejarla de la reflexión y del conocimiento, y de esta manera lograr mantener en movimiento constante y bajo aceleración la máquina de producir dinero que la globalización implementa en el mundo por directriz de un grupo de poder mundial, que en su momento decidió matar a Kennedy, presidente de Estados Unidos. Casi ningún país escapa de las garras de las mafias de poder mundial, en especial los países poderosos, por increíble que parezca; los países mediocres y pobretones están bajo captura históricamente.
El patriarca Kennedy se alió con sus antiguos socios en el contrabando de licor en la época de la prohibición en Estados Unidos, para impulsar en los muelles y en los cotos de poder de la mafia el voto a favor de su hijo John, quien ganó a Nixon por el margen más apretado de la historia hasta entonces. El patriarca ya con su fortuna limpia, recurrió a la mafia para que su hijo John lograse vencer a Nixon.
En México, la Revolución fue una enconada matanza por poder y riqueza por décadas que acalló Plutarco Elías Calles y tranquilizó Lázaro Cárdenas. 60 años después, Colosio muere por su falta de acuerdo para con el grupo de poder dueño de México, situación que degeneró en una etapa violenta cuyo precedente es la pasada Revolución, la actual situación de violencia, homicidios, despojo y de extorsión requiere una veintena de años para que surjan a la luz pública los nuevos caudillos, los nuevos ricos, las nuevas fortunas lavadas, almidonadas y planchadas, los nuevos héroes, los actuales revolucionarios hoy aún escondidos enviando sicarios por todo el país.
En Estados Unidos, parece que a Trump se le acaba el período presidencial antes de tiempo, aunque para desgracia mundial, el vicepresidente es otro Trump, pero a menor escala en lo pésimo y en lo inteligente. Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, se entregó a las autoridades bajo la investigación de presunta colusión con los rusos para manipular las elecciones estadunidenses 2017. Se entregó Rick Gates, empresario ligado a negocios con los rusos. La acusación es conspirar contra Estados Unidos y lavado de dinero. La imputación ante una corte federal en Washington detalla 12 cargos, también actuar como agente extranjero no registrado y relacionados con no reportar cuentas bancarias en el extranjero.
El dinero se movió a través de cuentas bancarias ocultas en Chipre, San Vicente, las Granadinas y las Islas Seychelles. Más de 75 millones de dólares pasaron por esas cuentas. Manafort, acusado de lavar 18 millones de dólares, fue despedido como jefe de campaña de Trump tras conocerse que orquestó una operación encubierta de cabildeo en favor de intereses pro rusos en Ucrania y representó a un millonario ruso hace una década con el interés de promover los intereses del presidente ruso Putin.
La investigación denominada Rusiagate llevó a agentes federales a allanar la casa de Manfort en busca de documentos bancarios internacionales y de impuestos. El ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, renunció en febrero luego que la Casa Blanca dijo que les mintió sobre su conversación con el embajador ruso en Estados Unidos. La investigación llegó a la Casa Blanca. Los investigadores han solicitado numerosos y variados documentos sobre importantes acciones desde que Trump asumió la presidencia y han entrevistado a numerosos funcionarios y ex funcionarios. La trama se escribe con dedicatoria para Trump por auspicio de los verdaderos grupos de poder mundial; Trump es un millonario más que recurre a la quiebra de sus negocios con facilidad, que actualmente es presidente de Estados Unidos y debe saber servir a su pueblo sin dejar de alimentar al monstruo insaciable de la mafia de poder mundial.