El reciente acuerdo del Presidente Enrique Peña Nieto con la Canciller Alemana Angela Dorotea Merkel, invoca que la Unión Europea contribuye con el 38 por ciento de la inversión extrajera en México, que entre 1999 y 2017 obtuvo flujos de 189 mil 636 mil dólares. Una alternativa renovada, que históricamente ha sido la estrategia a la que gobiernos mexicanos anteriores han recurrido para romper con el unilateralismo económico.

En otras épocas como del porfiriato y el juarismo se buscó como alternativas los tratados comerciales con países europeos y, fue de esa manera como hubo presencia de tecnologías inglesas, francesas y alemanas en la explotación petrolera, cuyo mayor auge se reflejó durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río.

Es un recurso valido que el gobierno mexicano busque la flotación de la inversión extranjera, con países inconformes con las políticas proteccionistas del gobierno de Estados Unidos que encabeza el Presidente Donald Trumps.

El fortalecimiento de los nexos comerciales podría interpretarse como un alejamiento de la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero más que eso a México le conviene apresurar la firma de este acuerdo.

Pero también se puede interpretar como una manifestación de que México busca la manera de no estar de rodillas ante el imperio yankee, aunque lo esté, pero se trata de una estrategia política, debe ser publica y manifiesta para que tengan los efectos esperados.

Ya que si por un lado el gobierno vecino le exigen a los negociadores mexicanos del TLCAN que cedan a las imposiciones de mayores aranceles y, de manera simultánea ejecutan la construcción del Muro fronterizo, la nación mexicana no tendría por qué estar de rodillas a la espera de un socio que vulnera las libertades y los derechos de sus socio.

Aunque visto desde otra perspectiva, la administración del Presidente Peña parece improvisada, ya que desde décadas anteriores no se renovaba este acuerdo comercial con la Unión Europea y por lo mismo lo hacer verse mal, sobre todo en tiempos electorales.

En los que el abandera panista y morenista aceleran en su carrera por la estafeta presidencial, en la que no cabe declarar desde ahora ganador o perdedor a algunos de los contrincantes del candidato presidencial.

Asimismo no han cejado la advertencias de las casas de bolsa ni inversionistas en sus lecturas catastróficas en caso de que el triunfador el 1 de julio sea un candidato contrario a la presidencia de la república.

La más reciente es la que difundió Citibanamex, que además reitera escenarios no favorables para la economía nacional en caso de que resulte electo algunos de los prospectos “contrarios” al partido en el poder y que se difunde horas antes del debate presidencial.