Ayer, cuando tuve la oportunidad de ser facilitador universitario en la primera escuela de Psicología de nuestra ciudad, después de terminada una clase, se me acercó un estudiante y me pidió hablara con él en privado; para ello, acudimos a una oficina y me puse a sus órdenes, recuerdo que le pregunté: ¿En qué te puedo ayudar?
El muchacho se veía nervioso, se frotaba compulsivamente las manos, se tocaba la cara, ente otras manifestaciones corporales que evidenciaban su nerviosismo; por lo que lo invité a dialogar, y segundos después me dijo: No tiene nada que ver con las calificaciones, no tengo nada que objetar de su clase, por el contrario, si me atrevo a buscarlo, es porque su forma de ser me inspira confianza.
Le agradecí por ello, y continuó diciendo que estaba preocupado porque debido a su carácter tímido, se le dificultaba expresar sus sentimientos hacia otras personas. Al escuchar lo anterior, le sugerí solicitara una entrevista con alguno de mis compañeros Psicólogos, aludiendo que ellos eran los más indicados para ayudarlo, en lo que él definía como un problema de personalidad. El muchacho se desinhibió un poco y me dijo: La verdad, la cosa no es tan grave como para ir al Psicólogo, ni tampoco creo tener algún trastorno neurológico que no me permita expresar con libertad mis sentimientos, mi problema es que soy tímido, pero no soy tímido con cualquier persona ¿sí me entiende? ¿Acaso el asunto se trata de alguna chica que te gusta, y no sabes cómo abordarla para decirle lo que sientes por ella?
Ándele, ya ve como si sabe de estas cosas. La verdad no tengo muchaexperiencia en ese tema, te diré que en mi juventud no tuve muchas novias. Bueno, pero ¿a poco se necesita tener mucha experiencia para saber cómo abordar y tratar a una mujer? Te voy a ser franco, yo sólo tuve una novia, y con ella me casé, no niego que me gustaran otras mujeres, pero, tal vez a esa edad no estaba lo suficientemente preparado, para saber lo especial que son las mujeres. Sí, las mujeres son sumamente especiales y como tal, requieren un trato muy especial.
Oye, y a propósito ¿cuántas novias has tenido tú? Yo, en realidad novias, novias, no he tenido ninguna, pero sí tengo amigas y me llevo muy bien con ellas, pero mi amistad con ellas no llega a ser tan íntima, no me atrevo a platicar lo que hoy platico con usted. Y eso ¿por qué? Usted ya lo dijo, las mujeres son muy especiales. Bueno, no debería de preocuparte tanto por no saber cómo abordar a la muchacha que te gusta; no creas que a mí me fue tan fácil; poco a poco me fui acercando a ella, la observé con detenimiento, me enteré de esa manera de cuáles eran las cosas que le agradaban, y las que no; pude descubrir que hay temas que nunca debo de tratarle, también me enteré de cómo era la relación con sus padres, hermanos y amigas. Oiga profe, usted más que tratar de ser novio parecía detective.
Mira, la mayoría de nosotros, de inicio sólo seguimos lo que nos dicta el instinto, lo más primitivo que hay en nuestra genética, buscamos en la mujer sólo atributos físicos, después las hormonas hacen lo suyo, surge la atracción, si eres muy inmaduro, buscarás sólo tener un encuentro sexual sin medir las consecuencias, y de ahí surgen una serie de cuestiones que te hacen tener una imagen distorsionada de lo que es la mujer, la acusas de ser muy egoísta, conflictiva, en ocasiones buscas otras calificativos y todo eso lo haces para fincar tu posición en la relación, es lo que llamamos machismo.
Cuando la mujer te expresa sus sentimientos y lo que significa el no encontrar afinidad con los tuyos, el hombre detecta conflictos y trata de rehuir de sus responsabilidades, en ocasiones, surge violencia en la relación, simplemente el uso de palabras fuertes es maltrato, no se diga lo psicológico y demás formas de expresión de ese salvajismo primitivo que todos llevamos dentro. Entonces, ¿qué me aconseja?, me acerco a ella, le hablo, le digo lo que siento por ella. Bueno, yo no te puedo dar un manual de cómo proceder, he compartido contigo algunos detalles del cómo pude yo vencer también la timidez, pero lo que más me importa, es que puedas asimilar lo que he dicho sobre lo especial que son las mujeres y el buen trato que debes tener
para con ellas, de hecho, yo te aconsejaría que buscaras la manera de madurar, de tener plena consciencia de lo que quieres y lo que esperas de una relación, de darle oportunidad también a la mujer de conocerte, para saber si eres realmente la persona que dices ser o sólo buscas un encuentro temporal.
En toda relación debe permear un valor: ser honesto y con ello decir siempre la verdad.
El verdadero premio que obtienes con tener plena consciencia de lo que quieres o esperas de una relación, llega con el tiempo y se llama amor. Una vez que conoces el amor, te darás cuenta de que nunca podrás hacerle daño a aquellos que amas.
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