En España, de las 350 mil muertes que se producen al año por enfermedades cardiovasculares, 130 mil tienen causa directa por problemas circulatorios y un tercio de estas, se relaciona con la arteriosclerosis. Para valorar el riesgo cardiovascular en personas con arteriosclerosis, patología asintomática y muy extendida entre la población, el conocimiento y detección de los factores de riesgo desempeñan papel fundamental.
Los principales factores de riesgo que inducen la arterioesclerosis son hipertensión, colesterol elevado, hiperglucemia y sedentarismo. El tabaco es el principal factor a evitar para reducir la morbimortalidad cardiovascular. Además de controlar estos factores, se exige desarrollar hábito de vida saludable; ejercicio físico diario o practicar deporte; evitar la aparición de obesidad; optimizar niveles de glucemia en pacientes con diabetes; controlar niveles de colesterol y cifras de tensión arterial, y una dieta como la mediterránea, rica en aceite de oliva y/o frutos secos, efectiva para prevenir la arteriosclerosis.
Reconocer como factor de riesgo la hiper-colesterolemia por aumento de colesterol LDL, fue un hito. Las estatinas, de los 70s, son los fármacos estrella en el abordaje terapéutico. Han logrado reducir las cifras de colesterol, el número de eventos cardiovasculares y la mortalidad cardiovascular.
A pesar de que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en la mujer adulta, falta concientización sobre el riesgo de estas patologías para la mujer, a medida que los hábitos de vida cambian. Tabaquismo y estrés están presentes de manera creciente; en el pasado estaban más con relación al género masculino. Obesidad y diabetes, tienen mayor incidencia en la mujer. Es fundamental mejorar la formación de los profesionales para un adecuado diagnóstico y tratamiento de las patologías cardiovasculares que afectan a la mujer. Para prevenir estas condiciones, la actividad física es primordial, sin embargo sólo 17% de la mujer practica ejercicio a diario y más de 50% hace deporte una vez al mes, aunque la cifra mejora con las mujeres que suelen pasear a diario, pero hay gran número de mujeres que no incluye actividad física en su día. Se atribuye 42% a falta de tiempo y un preocupante 21% no tiene interés en practicar deporte a pesar de su beneficioso efecto.
Otro pilar para la salud es la alimentación que previene factores de riesgo (obesidad, hipertensión, colesterol alto, diabetes) La población femenina tiene un perfil con exceso de hidratos de carbono y grasas. El mejor tratamiento es la prevención. Mantener hábitos de vida saludables, cuidar el nivel de actividad física, alimentación y salud mental, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Con la edad el riesgo de enfermedad cardiovascular en la mujer aumenta. Las hormonas femeninas ejercen efecto protector, a partir de la menopausia, desaparece la defensa que proporcionan los estrógenos y se incrementa el índice de enfermedades de corazón en la mujer que es más susceptible al estrés por su preocupación por la familia.
La mujer sufre síntomas atípicos, diferentes a los de los hombres, que se confunden con otras patologías como ansiedad o fatiga crónica. Esto, unido a que la mujer suele dirigirse al hospital más tarde que los hombres, cuando los síntomas son ya muy intensos o limitantes, dificulta la detección y tratamiento temprano de la enfermedad cardiovascular.
Así lo puso en evidencia un estudio realizado en Estados Unidos, que mostró que, ante los mismos síntomas, si la mujer explica que se encuentra en un momento de mucho estrés en su vida, sus síntomas se achacan erróneamente a esa causa, mientras que en el caso de los hombres, se diagnostica correctamente una enfermedad cardiovascular y por tanto, reciben tratamiento adecuado mucho antes.

Conocer es capacidad para intervenir
La mujer sufre síntomas atípicos, diferentes a los de los hombres, que se confunden con otras patologías como ansiedad o fatiga crónica. Esto, unido a que la mujer suele dirigirse al hospital más tarde que los hombres, cuando los síntomas son ya muy intensos o limitantes, dificulta la detección y tratamiento temprano de la enfermedad cardiovascular.