Protección que la sociedad brinda a sus miembros a través de medidas públicas para hacer frente a privaciones económicas y sociales que afectan ingreso por  enfermedad, maternidad y paternidad, accidentes de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; asociadas con asistencia médica y ayuda a las familias con hijos. Son prestaciones que mitigan la reducción de ingreso personal o familiar por contingencias de edad avanzada, invalidez y muerte. Es conjunto de políticas orientadas a garantizar nivel de bienestar para sostener nivel de vida para desarrollo de la persona, facilitar acceso a servicios sociales y fomentar el trabajo decente.

La pensión tiene importancia central en el ejercicio de la ciudadanía, en función de derechos a los que se accede como miembro de una sociedad, y en el desarrollo del estado de bienestar. Los objetivos del sistema de pensiones son: garantizar medios suficientes para la vejez (aseguramiento), distribuir el consumo durante el ciclo de vida y reducir pobreza y desigualdad; y contribuye al desarrollo económico y sostenibilidad fiscal de un país.

En América Latina, algunos países reconocen el derecho a las prestaciones de vejez, invalidez y sobrevivencia, conforme principios de igualdad, universalidad y solidaridad, y se indica responsabilidad del Estado en su provisión o regulación. En otros, se establece condiciones para la entrega de prestaciones. Existen dos tendencias en lo que concierne al retiro, los gobiernos elevan la edad requerida, y el coeficiente de ciudadanos laboralmente activos entre 55 y 64 años aumenta, indica que las personas hagan conciencia sobre la calidad de vida que tendrán en la etapa post-laboral.

Nivel A: Dinamarca. Primera clase, buenos beneficios, sustentable. Nivel B+ (Países Bajos, Australia); Nivel B (Suiza, Suecia, Canadá, Singapur, Chile, Reino Unido) Con muchas buenas características y áreas de mejoría que son brecha con el nivel A. Nivel  C (Alemania, Estados Unidos, Polonia, Francia, Brasil, México) Con mayores riesgos y defectos que deben ser atendidos. Sin mejorar, la eficacia y sustentabilidad es muy cuestionable. Nivel  D (China, Japón, Corea, Indonesia, India) Muchas debilidades y omisiones que exigen ser atendidas. Su eficacia está en duda.

Para México, es deseable elevar la cobertura de pensiones para los estratos más pobres. Se recomienda ahorrar en el hogar y abrir el sistema privado de pensión. En los países de más alto rango hay mayor convivencia entre esquemas de retiro públicos y privados. Aunque México ocupa categoría C, en el manejo del sistema  lo ubican en nivel D, que implica riesgos. Los datos de la ENIGH indican que en 2016 había 9.6 millones de personas de al menos 65 años en México. De ellas, 2.9 millones (31%) tuvieron ingresos por pensión de los institutos de seguridad social (IMSS, ISSSTE, Fuerzas Armadas, PEMEX) Todas estas pensiones son otorgadas bajo esquemas de Beneficio Definido.

4.7 millones (49%) recibe ingreso por programa social de pensión no contributivo; beneficios sociales a adulto mayor como “65 y más” o programas asistenciales estatales y municipales. 2.5 millones de mexicanos mayores de 65 años (26%) no tiene ingreso por pensión. La pensión contributiva promedio mensual es $5,128 para la mujer y $6,602 para el hombre. La pensión no contributiva es $611 para la mujer y $608 para el hombre. La relación entre la persona que recibe pensión y que posee vivienda propia es fundamental para reducir gastos y gozar de pensión más duradera. 54% de las personas mayores de 65 años poseen vivienda propia, 30% habitan con otra(s) persona propietaria y 16% vive en vivienda no propia.