En la estrategia del gobierno para construir una línea de contención contra la pandemia, el sector empresarial ha sido un colaborador disciplinado y atento a las recomendaciones. El incumplimiento ha estado en una parte de la sociedad, que algunos alcaldes de Tamaulipas miden en promedio en un 50 %, es decir la mitad de la población no respeta el uso de cubre-bocas y podemos suponer que ocurre lo mismo en la sana distancia y esta es la causante de que el COVID no se frene o reduzca el número de casos positivos.

La circunstancia es que no sólo la paciencia de los comerciantes en el caso de Victoria se está agotando, sino también sus reservas económicas y ahora se encuentran en una etapa crítica de sobrevivencia que los está orillando a la rebelión social, según declaraciones de Christian Edoardo Pérez, Secretario Técnico de la Federación de Cámaras de Comercio en Tamaulipas, esto de acuerdo a declaraciones formuladas a El Mercurio.

Los cierres y limitaciones de horarios ordenados a los negocios son los que están construyendo este ambiente, medidas que tienen un solo objetivo la prevención.

Algunos alcaldes se han pronunciado por la aplicación de multas, pero desfavorablemente no existen los mecanismos legales para aplicarlas, y todo está en manos de la voluntad ciudadana.

En el terreno industrial en la zona sur y frontera también hay demandas, quizá más graves por la necesidad de créditos emergentes, pero no con las tasas del 14 % que se están ofreciendo. El sector turístico es uno de los más castigados y eso pegará fuerte en la economía estatal, dado que era una de las líneas más importantes en el PIB de Tamaulipas.

Lo peor del caso es que la situación epidemiológica está lejos de descender y es fácil pensar que todo el presente año se estará actuando con cierres y aperturas, en ambos casos por periodos inciertos y que serán revertidos conforme las estadísticas midan las dimensiones de la pandemia.

De tal manera que la advertencia de la Federación de Cámaras de Comercio de “estar al borde de la rebelión social”, por los cierres y horarios restringidos, no es algo que esté en manos de ningún gobierno. El de Tamaulipas o de otros estados, no tienen manera de ponerle limite o freno alguno a los ciudadanos, han instalado medidas para reducir la afluencia a ciertos puntos de encuentro, pero hasta ahí.

Los empresarios tienen que tomar una decisión inteligente y dentro de la medida de sus posibilidades para proteger su capital y ponerlo a trabajar en mejores tiempos.

Si el Grupo Carso de Carlos Slim cerró 169 Sanborns del país, no fue por falta de recursos, sino porque estudio las condiciones sociales actuales y futuras, tras la pandemia. El mercado actual y futuro (después de la pandemia) no será el mismo de 2019, los patrones de consumo serán diferentes, la situación económica estará castigada quizá todo el 2021, salvo los estratos sociales acomodados.

No tenemos un gobierno proteccionista como los de antes, no habrá condiciones que facilite la recuperación como ocurrió en situaciones del pasado, eso hará más lenta la reconstrucción de la economía.

MENOS RECURSOS A LOS ESTADOS.

De la situación antes descrita y que impera en todo el país, se derivará una captación menor de impuestos. Menos ingresos de todos los sectores productivos impactarán en las aportaciones de IVA, ISR, entre otros, por consiguiente la asignación de recursos a las entidades federativas también irá a la baja.

Tamaulipas y otros estados que han estado reclamando una mejor redistribución de la riqueza del país, en 2021 desgraciadamente serán más castigados sus ingresos, lo cual finalmente afectará los indicadores de crecimiento y desarrollo social.

Victoria está devastada por la pésima administración de Xicoténcatl González Uresti, la ciudad va a batallar para salir del barranco en que se encuentra, calles destruidas, insuficiencia de recolección de basura, fugas de agua en las calles (Pino y Laurel en Las Flores tiene 4 días) y por otra la falta del vital líquido para lo más esencial. El próximo alcalde tendrá que elegir entre hacer obras o seguir manteniendo el aparato electoral, llamado pomposamente “estructura”.

La cuestión es que nos espera un 2021 muy difícil hacia el interior de los hogares, por el desempleo principalmente, y hacia afuera por la carencia de servicios. El agua ha mejorado en algunos sectores con las obras de reposición de tubería que realizó el Gobierno del Estado, pero aún hay colonias que padecen el desabasto.

Si Usted llegó hasta el final de esta lectura, le puedo decir que no hay soluciones mágicas, ni rápidas, sólo nos queda cuidarnos y administrar muy bien los bienes y recursos que tengamos. Quizá guardarlos en espera de mejores tiempos y buscar otra actividad provisional, las ventas por internet, y de artículos que se demandan.
Cuídese, y le espero el próximo viernes.