Cuando no se tiene al alcance la posibilidad de resolver una situación mortificante, escuchar al afectado emocionalmente, resulta ser más que un buen aliciente; pero se debe tener especial cuidado de no absorber la energía negativa que se va destilando al bien actuar en favor de aquella alma en presunta pre agonía, pues sin esperarlo, harás tuyo buena parte del pesar de pesadilla.
Encontrar el valor para aceptar que no se consolidó todo aquello que te hubiera gustado lograr en tu vida, requiere de sabiduría y madurez; si bien es cierto que el peso de la frustración pueda agobiarte, no te culpes, porque desde el momento en que estás dispuesto a esforzarte para intentarlo de nuevo y así alcanzar tus metas, estás demostrando con ello, que además de sobrado potencial, eres una persona especial de temple y misión certera.
Si te duele recordar algún evento de tu pasado, has de saber, que el dolor existente, no suele ser originado por la herida corporal que recibiste, por lo general, éste es debido a la impotencia de no haber podido evitar lo que de antemano para ti, no era conveniente.
No sufras pensando que eres imperfecto, ya lo dijo Jesús nuestro salvador, perfecto, sólo Dios, y los humanos estamos tan lejos de serlo, así es que, el que esté libre de culpa se va derechito al cielo; mas no desistas en llevar una vida saludable física, mental y espiritual, sólo así lograrás trascender al plano universal que pretendes.
Sé accesible a la oportunidad de reconocer que puedes estar equivocado en lo que piensas; jamás te niegues a explorar otras posibilidades que te puedan conducir a la verdad; la sabiduría es eso, es saber que tienes un gran potencial para encontrar un mundo de oportunidades para hacerte crecer y madurar intelectual y espiritualmente.
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