El “tache” a Aída Zulema Flores como precandidata del Partido Revolucionario Institucional a una diputación federal por Reynosa, va más allá de una simple inobservancia a la equidad de género.

Es en esa parcela política, un gancho al hígado a la lealtad.

No sé si tenga la dama la capacidad para el debate de altura en la tribuna o si posea habilidades para el análisis legislativo, pero en honor a la verdad esos méritos pocas veces han sido los que han definido a un candidato del tricolor, así que no es en esos terrenos donde con certeza se midieron sus posibilidades o sus dones.

La justicia es la que en este caso ha sido mandada al cuerno. Las pruebas de eso además de sobrar, escuecen.

Aída Zulema aguantó los peores días del priísmo tamaulipeco tras la debacle del 2015. Sobre de ella cayeron tempestades financieras, huidas escandalosas de sus militantes, burlas hirientes de sus adversarios y un menosprecio insultante de la dirigencia nacional. Y todo lo soportó la chica dando la cara, lo que ningún “hombre” tricolor quiso enfrentar en esos momentos.

Hoy, que se le pudo premiar por sostener esa bandera desgarrada, le dieron un cerrón de puertas. Se lo dieron no a ella, sino a la fidelidad, a la disciplina, al amor a la camiseta.

¿Así quiere el PRI de Sergio Guajardo dejar huella en el PRI?

Lo hará, sí, pero como la dirigencia más sometida y más entregada. Y por si fuera poco, según dicen quienes rodean al flamante Presidente estatal, también la más “centavera”…

 

¿CAMBIO O MAQUILLAJE?

Admito que lo había olvidado, pero no es tarde para una intentona de reflexión o por lo menos de un devaneo mental.

Días atrás, el Congreso Local se pronunció por evitar lo que en el Pleno llamaron “pase automático” del Procurador General de Justicia de la República, a la Fiscalía General que ya asoma en el horizonte. Con fiereza digna de mejor causa, diría el maestro Alfonso Pesil, anunciaron que debe ser el Senado el que determine la viabilidad del implicado.

Tiene miga el enunciado legislativo local.

Sucede que de enarbolar esa bandera, también la deberán, en la opinión de un servidor, aplicar en Tamaulipas cuando le toque la hora de dar ese giro. Y la duda surge natural:

¿Significa ese cambio el relevo anunciado del actual Procurador de Justicia del Estado?

Podría no ser así, pero entonces, sí permanece en el puesto sólo con otro nombre oficial, se estará negando el espíritu de la reforma y una vez más el maquillaje será el ganador en esta bendita legislación mexicana…

 

¿TORMENTA AZUL?

Una frase es clásica en la picaresca lingüística de nuestro país:

“Dime de qué presumes y te diré de qué careces…”

Parece aplicarse lo anterior con singular acierto en el caso del médico Xicoténcatl González, a quien ya propios y extraños lo ungen como candidato por decreto a la alcaldía de Victoria, por los colores de Acción Nacional.

El motivo por el cual se acomoda la frase citada en estas circunstancias es la repetida, insistente, machacona postura de los militantes y directivos azules para reiterar que la postulación del ex independiente no lastima la sensibilidad de quienes sienten “que se las deben”. Parece que se quieren convencer a sí mismos más que a la colectividad.

Y ayer, la primera muestra surgió con una protesta “Anti Xico”. Barruntos de tormenta asoman en el horizonte panista capitalino…

 

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