Hace dos años un enorme y gran bloque de hielo el “A68”, se desprendió en Antártica. El iceberg más grande del planeta bordea la península antártica, aunque pesa un billón de toneladas, es ágil. Tiene 160 km de longitud y grosor de 200 metros. Su proporción entre longitud y ancho, es similar a la de una tarjeta de crédito, por lo que es sorprendente que esté íntegro a pesar de sus desplazamientos. A68 se desprendió de un extremo de la plataforma de hielo Larsen C, en julio 2017. Desde entonces, se le sigue la pista con satélites.
Los satélites están equipados con sensores de radar que captanla superficie terrestre en toda condición meteorológica y de luz. Actualmente el continente helado atraviesa la oscuridad de su período invernal. Aunque la estructura de A68 se ha mantenido, ha perdido segmentos. Una de esas secciones cayó poco después del desprendimiento, es tan grande, 13km por 5km, que recibió nombre, A68b
Como sucede con la mayoría de los icebergs en el Mar de Weddell, A68 y b serán expulsados hacia la Corriente Circumpolar Antártica, que los impulsará hacia el sur del Atlántico a lo largo del “callejón de los icebergs”, dirección del agua y el viento que aprovechó el explorador británico Ernest Shackleton en 1916, para escapar de Antártica luego de que su buque, el Endurance, quedara atrapado y fuera estrujado por el hielo.
Joyce Musa, directora de ONU Medio Ambiente, dijo que es inevitable que aumente la temperatura entre 3 ºC y 5 ºC en el Ártico, aún si las emisiones de gases de invernadero se reducen según lo que prevé el acuerdo de París. El aumento promedio de temperatura en el planeta es 1 ºC desde 1880 (dos tercios ocurrieron desde 1975), en el ártico es el doble. La diferencia se debe a la amplificación ártica, combinación de mecanismos, se retroalimentan.
La causa de la amplificación es la retroalimentación entre derretimiento del hielo y calentamiento; a mayor calentamiento, más hielo marino se derrite, lo que a su vez causa más calentamiento porque las aguas expuestas liberan calor hacia la atmósfera. Otro componente es la presencia de tormentas. En los trópicos, lluvias intensas captan aire caliente en la superficie lo llevan hacia arriba, en el Ártico que no tiene tormentas, cualquier calentamiento en la superficie, ahí permanece. Un factor más es el deshielo del permafrost, fenómeno que la ONU describe como “gigante que despierta”, es “el suelo que permanece congelado por dos o más años”. Esos suelos tienen el doble de carbono y metano. A medida que el permafrost se deshiele emite CO2 y metano, causando mayor calentamiento que lleva a mayor deshielo.
La Antártica es un continente. El hielo antártico tiene kilómetros de grosor; el hielo del Ártico es marino, con profundidad de metros, y se derrite en verano y se expande en invierno. En la Antártica, es necesario que se derritan kilómetros de hielo antes de que esté expuesto el suelo, lo que llevaría mucho tiempo, pero el calentamiento en los océanos del sur genera la desestabilización de plataformas de hielo.
Los científicos temen que el calentamiento del Ártico cause un punto de no retorno o tipping point, especialmente debido al deshielo del permafrost. El aumento de la temperatura significa que el Ártico será un lugar muy diferente en las próximas décadas, señala el informe de la ONU. Esto afectará la circulación oceánica, el nivel del mar y el clima a nivel mundial, con profundas consecuencias para los ecosistemas y las poblaciones humanas.
Dice la ONU, “tenemos la ciencia”; necesitamos acciones para evitar llegar a esos puntos de no retorno que podrían ser peores para nuestro planeta de lo que pensábamos