La calidad y la calidez forman un binomio indispensable en la atención que se brinda en la prestación de los servicios de salud, si bien es cierto que con el tiempo la calidad ha sido vulnerada, debido a la escasez de insumos, no se puede decir lo mismo de la calidez, pues los prestadores de tan vitales servicios, ahora más que nunca están brindando un trato muy cálido, aunque a decir verdad, hasta cierto punto se han visto obligados a hacerlo, pues estar en una sala de espera a una temperatura que oscila entre los 41° a 42° C. resulta más que incómodo, preocupante, de tal manera que lo que el usuario implora, es un servicio más expedito, pues dicen correr más riesgos de padecer una deshidratación y /o golpe de calor dentro, que fuera de los centros de salud, al menos del que podemos dar testimonio es del glorioso Centro de Salud Lomas del Santuario, inaugurado en los años 60 por el Presidente Adolfo López Mateos, que si bien, en un tiempo logró ser un modelo de eficiencia y comodidad, no esperaba seguir de pié estructuralmente, como para someterse a una prueba tan rigurosa como la adversidad que se avecina con motivo de los efectos del cambio climático. ¿Serán estas altas temperaturas las primicias de las Emergencias Climáticas? Tal vez dirán los expertos en el tema, que sólo se trate de los fenómenos ambientales de temporada, pero una solución oportuna, sería la de proporcionar mantenimiento a los climas artificiales, ya que también la vitalidad del personal empieza a mermar, debido a los efectos de las altas temperaturas.
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