Ayer publicó El Mercurio una declaración del Secretario general de la FECANACO, que incluyó tres planteamientos bien definidos, y que son los siguientes: propuestas positivas y no guerra sucia durante las campañas; que quienes buscan la reelección sean evaluados en sus respectivos desempeños y que los diputados sean representantes de sus electores y se abstengan de votar por intereses partidistas, y pidió más, pero con eso nos quedamos.
Lo expresado por Christian Edoardo Pérez, es lo que clama la mayor parte los ciudadanos, pero hay un círculo de complicidad que integran los partidos políticos con los candidatos, que más tarde serán representantes populares.
Si nos referimos a campañas, el ejemplo nacional con resultados altamente satisfactorios en las urnas, invita a la guerra permanente, y en el ejercicio del poder se cierra el círculo con aquello de “al pueblo pan y circo”, las políticas sociales son el pan plasmado en diferentes ayudas. Hoy en día es más lo que se
Eso sería lo ideal, siempre que contáramos con diputados locales y federales honestos, comprometidos con el bienestar social, comprometidos con quienes le entregaron su voto, pero la realidad es otra, los señores legisladores son elementos al servicio del gobernante en turno, salvo si se logra un contrapeso real con elementos de auténtica oposición.
LOS PRO Y CONTRAS DE LA REELECCIÓN
Otra propuesta del dirigente de la FECANACO es evaluar el desempeño de los funcionarios que buscan reelegirse, eso sí está en la mano del ciudadano y déjeme comentarle que algunos países europeos y algunos latinos donde ha permeado los derechos ciudadanos, la reelección no ha sido fácil, por el contrario, no todos logran repetir precisamente porque “ya pasaron al pizarrón” y demostraron su incompetencia o deshonestidad o por el contrario su capacidad y rectitud, reelección no quiere decir ratificación plena.
Incluso hay quienes auguran que la reelección no llegó para quedarse y que pronto será sinónimo de reprobación, dado los bajos resultados del político, pero eso está en la mano del votante.
La tercera petición del Secretario Técnico de la Federación de Canacos es prácticamente imposible de lograr, hacer que los señores diputados estén comprometidos con los ciudadanos, que defiendan sus causas, por encima de lo que le indican los partidos políticos es imposible, porque el partido (o el poder tras el trono, que es el gobernante de ese partido) es el que lo instaló en la candidatura y el voto ciudadano lo confirmó, pero sin la voluntad del Gran Elector no podía haber llegado y además, en el momento que lo contradiga, hasta ahí se terminó su carrera política. Y ahí está Porfirio Muñoz Ledo a quien le cerraron el paso por navegar contra la corriente.
La oposición real, por lo menos en la que puede salir de la contienda del próximo 6 de junio, son de los partidos minoritarios y esto incluye al PRI y PMC, porque hay otras corriente menores pero que son aliados del poder supremo.
También se refirió al “chapulineo”. Es cierto al ciudadano le molesta que todavía no termina una responsabilidad cuando ya está buscando otra, pero eso está contemplado en la ley, desde antes de la reelección y para eso están los suplentes en el caso de los legisladores y los procedimientos debidamente instituidos para ser relevados en los cargos ejecutivos.
Hay otros “chapulineos” realmente vergonzosos, que son cuando los diputados traicionan el voto ciudadano al cambiar de partido, y de un partido antípoda, porque es el caso del Verde al que se le elige precisamente por su compromiso con la preservación del ambiente y este se va a un partido que ni cree, ni le interesa el ambiente climatológico, que es el caso de Morena.
Pero independientemente de la plataforma electoral que hubieran registrado ante la autoridad competente, no se vale darle la espalda al ciudadano que le entregó el voto, pero eso sólo lo puede regular el partido, porque a veces ni siquiera es decisión individual, sino institucional.
Finalmente, también es reprobable que siendo diputado plurinominal cambien de partido, porque fue el partido el que le obsequió esa posición, y eso si está en manos de los partidos políticos regularlo, pero no lo hacen porque como instituto político también se ven en la situación de negociar o entregar curules a un grupo parlamentario contrario por conveniencia política o económica, y eso lo vimos en la actual LXIV Legislatura federal.
En fin, pedir a los hoy candidatos a diputados federales que cambien su comportamiento es como escribirle una carta a Santa Claus, mejor analizar cada perfil y elegir el que está más cerca del ideal al que aspiramos nos represente.
DESACTIVADA INCORMIDAD DE MORENA EN VICTORIA
Roque Hernández Cardona, diputado local con licencia, la cual solicitó para buscar la candidatura a la Presidencia Municipal de Morena, es un activista fundador del partido, tanto así que fue avalado por el desaparecido José Antonio Leal Doria para que figurara como su suplente en la segunda posición de la lista de plurinominales, motivo por el cual hoy ocupa una posición en el Congreso de Tamaulipas.
Don Roque quizá no es una figura mediática como Eduardo Gattás Báez, cuya trayectoria como priista sigue siendo su principal sustento en el terreno político victorense. Las raíces del hoy diputado local está en las bases de Morena.
Pese a que el diputado Hernández Cardona no quedó satisfecho con el proceso interno al que calificó de “turbio y obscuro” desistió de enarbolar cualquier protesta, y por el contrario conminó a sus seguidores no manifestar descontento, por lo menos no un movimiento de protesta y aceptar el resultado tal como se comprometieron al momento de registrarse.
De igual forma los dos único candidatos que se registraron en Morena para ser candidatos a la diputación federal por el V Distrito con cabecera en Cd. Victoria, Felipe Garza Narváez y Nora Hilda de los Reyes han aceptado con madurez política la decisión del partido de entregar esta posición al partido PVEM.
En pocas palabras Morena va sin conflictos en la Capital del Estado, donde hubo en algún momento una corriente de malestar en el tema municipal, no así en el federal.