El expresidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Carlos Ramírez, estableció que habrá un tsunami pensionario de no tomar medidas legislativas apropiadas. A pesar de que hizo esfuerzo como servidor público, no convenció a los legisladores y la Consar sigue la agotada estrategia de disminuir las comisiones, las cuales están en nivel bajo, pero reportan poco beneficio para los que tienen este sistema pensionario, pues es un problema estructural.
México, es uno de los países en el mundo con menor aportación para la pensión y con un muy bajo número de afiliados. Menos de cuatro de cada 10 tienen sistema de pensiones, lo que se agrava por la elevada rotación laboral. Los que tienen afore se jubilarán con de 30% de su último salario, lo que es insuficiente pues aumenta la esperanza de vida, lo cual los condena a subemplearse o vivir de caridad.
Para solucionar esta problemática hay dos caminos: aumentar la edad de jubilación o las aportaciones, y una combinación de ambas, es complejo. Aumentar la edad de retiro en el mundo, es un problema político. Trabajadores y políticos consideran afrenta reconocer la realidad. Cuando se decidió las edades de jubilación, la esperanza de vida era menor. Cuando se crearon las leyes laborales en el país, la esperanza de vida y laboral prácticamente empataban en 65 años. Ahora se espera vivir 80 años de vida. Incrementar las aportaciones enfrenta ideas arraigadas en la población, pues baja el dinero disponible de las familias que tienen problemas para sufragar compromisos; un debate entre sobrevivir al presente para vivir los últimos años en condición cada vez más precaria. Tristemente para los de menos recurso, se tomarán medidas cosméticas, aspirina a una enfermedad mayor.
Inegi aporta datos sobre la lentitud de la economía. La venta de vehículos tuvo su peor enero en un lustro, caída del 6% en comparación anual. Es claro que las reuniones con empresarios y promesas de que se harán coordinaciones y anuncios, no funcionan para reactivar el crecimiento económico. Hace un año, Monreal hizo un “pancho”. Amenazó con una iniciativa para prohibir las comisiones bancarias, cosa rara, López se opuso. Ahora MORENA presume que pasará una iniciativa de comisiones, con el objetivo que sean transparentes. Monreal corrigió sus perrunas amenazas y aclara que no se prohibirá la subcontratación como había gritado, sino que buscará que esté mejor regulada.
La idea de una etiqueta es informar al consumidor. La propuesta de Norma Oficial Mexicana al respecto es desaparecer la información y colocar un sello de alarma, lo que significa ocultar información y disponer de autoridad total para alarmar si se ingiere determinado producto. Lo anterior significa que consideran al consumidor incapaz de no distinguir un producto nutritivo de otro que no lo es; torpe, indiferente, dócil, pues una palabra decide por ellos. Hay que ver cómo se comportarán millones de consumidores de la comida rápida mexicana, de la gordita y del taco, del sope y de la garnacha, de la torta y del tamal, etc., que en millones de puntos de venta en el país se consumen sin los requisitos básicos de la Norma Oficial Mexicana en vigor. ¿Acaso López ordenará que, a productos del consumo básico alimentario, a la venta sin controles en millones de puntos de venta en el país, se les coloque sello de, “Alarma”?