2019 pinta mal para Tamaulipas. Nuestra mejor carta para expansión económica, la cuenca de Burgos, recibió severa puñalada en el costado izquierdo por la secretaría de Energía federal al cancelar la exploración y explotación de gas natural, lo que significa dejar de crear 20 mil empleos, decisión que deja a Texas como beneficiario de la explotación de gas natural, que genera miles de empleos bien pagados, desde el Valle de Texas, hasta San Antonio y de ahí, 500 kilómetros hacia El Paso.
En San Fernando, la pesca comercial local que prácticamente es de supervivencia, se afecta por la actividad de la empresa Transcanada, establecida a 26 kilómetros de la Laguna Madre pues aún no realiza el pago correspondiente a 500 pescadores quienes se quejan están en indefensión, pues las autoridades se niegan a intervenir. La empresa construye el gasoducto Texas-Tuxpan. Prevé un segundo pago a pescadores que en la fase primera no se vieron beneficiados por no anotarse con oportunidad. Estiman un pago de 8 mil pesos a cada uno de mil pescadores, por las afectaciones a causa de la obra.
Alberto Guerra describe en su columna hace un par de días, la manera en cómo Tamaulipas continúa siendo coto de caza de grupos en el poder público sin que los grupos organizados, sindicatos, asociaciones, colegios, representantes de sectores sociales, económicos, financieros, comerciales, universitarios, levanten la voz para exigir se cumpla le ley, se detengan las acciones ilegales promovidas por funcionarios y se actúe con transparencia.
Ejemplifica de sobra, la falta de carácter propia del mexicano promedio y del bravo tamaulipeco; “mucho pico y mucho lomo”, que permite se cometan excesos con impunidad. Señala importantes irregularidades al amparo del Congreso Estatal, que legaliza acciones fuera de la ley cometidas por funcionarios, delitos que, de ser cometidos por otro mortal, hubieran costado cárcel, y que, al inicio de la administración estatal, parece ser que sirvieron más para sacudirse personajes incómodos, que ejemplo de respeto a la ley, pues ahora se eligió proteger.
Una pifia más es la decisión del Congreso Estatal de facultar a los Ayuntamientos para contraer adeudos, siempre y cuando se deba a insuficiencia de liquidez (cuestión de gastar más de lo presupuestado para caer en falta de liquidez). Almaraz incrementó la nómina del Ayuntamiento en subdirectores y directores, y Xicoténcatl a su vez la aumentó respecto de Almaraz, ambos sin explicar los motivos y sin que se le cuestionase al respecto.
Decisiones de este calibre, autoritarias, (me canso, ganso), serán las que lleven a los Ayuntamientos, directo al quebranto financiero. Y como las quejas en redes sociales y medios de comunicación son servicios públicos de mala calidad, que los baches, que las fugas de aguas, que las lámparas apagadas, abren la puerta al Ayuntamiento para entrarle con singular alegría a la deuda. El pueblo clama por mejoras, a endeudarse por orden del pueblo.
Para oscurecer más la manera de tomar decisiones al interior del Ayuntamiento de Victoria, el regidor Carlos Cabrera Ramírez, exteriorizó, solamente daré entrevistas a medios con convenios. Así de simple, el regidor Cabrera oficializa que para ese Ayuntamiento no existe libertad de expresión, ni se reconoce la libertad de prensa. Es de pensar que jamás tendremos respuestas transparentes acerca del gasto y de las decisiones que ejecutan nuestros empleados del Ayuntamiento, pues eso es lo que son, iniciando por el alcalde, empleados de todos los victorenses, sujetos a la ley, obligados a manejarse con transparencia, pero el cinismo y el descaro son su divisa.
2019. Año de nones, año de dones, ¿para quién?
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