La mascota de los Juegos Olímpicos, viene de los tradicionales y pequeños gorros, los cuáles se basan en un artículo de ropa que es un símbolo de libertad y ha sido parte de la historia francesa durante siglos.
Se le considera como un símbolo de la revolución, la República Francesa y la Libertad, la gorra frigia se puede ver en el ícono nacional francés Marianne, representada en bustos en los ayuntamientos de todo el país y en los sellos, y también está cubierta en el currículo nacional en las escuelas.
Por ello, las mascotas llevan su nombre: Phryge, la cuál sigue un largo linaje ya que fue parte de todos los eventos principales de la historia francesa como la construcción de la catedral de París Notre-Dame en 1163, durante la Revolución de 1789, durante los trabajos para construir la Torre Eiffel, y durante los Juegos Olímpicos de París 1924.
Se dice que las mascotas van a ser dos Phryge:
La Phryge olímpica.- Siempre reflexiva y astuta estratega, sólo se embarca en aventuras después de sopesar cuidadosamente todos los pros y las contras. Al igual que los atletas olímpicos, es consciente de medir todos los parámetros para conseguir sus objetivos. Con su mente aguda, es modesta y prefiere ocultar sus emociones. La Phryge olímpica liderará el movimiento de todos los que practican deporte.
La Phryge paralímpica.- Su pasión es abrir caminos, algunos dirán que es valiente, lo cual puede ser cierto, pero una cosa es segura: odia aburrirse y le encanta probar cosas nuevas. No importa el deporte que se practique, en equipo o por su cuenta, siempre está dispuesta. Con su mentalidad de aficionada perfecta, le encanta promover los valores del deporte, celebrar a los atletas en todos los estadios y en todas las sedes de los Juegos, y salir de fiesta para celebrar las victorias o sobreponerse de las derrotas.