Resulta complicado entender cómo un país de más de 126 millones de habitantes no logra dar una en el fútbol. México tiene una relación asimétrica con este deporte porque pese a que es un éxito en audiencias y de negocio no ha logrado colarse a la lista de la élite. Sus mejores participaciones ocurrieron en los Mundiales de 1970 y 1986, ambos en casa, cuando jugaron los cuartos de final. Desde ahí se ha quedado en los últimos siete torneos en la ronda de los octavos de final. Para los dirigentes mexicanos, la máxima aspiración es que el Tri se cuele entre los mejores ocho del mundo, pero de ganar el Mundial no se habla salvo en los anuncios publicitarios. En Qatar la duda está en si podrán pasar de grupos.
México tiene solo un 11% de probabilidades de terminar como primero en su grupo, solo un 32% en terminar segundo y un 57% de quedar fuera en la primera ronda, de acuerdo con un análisis de datos realizado por el equipo de datos de EL PAÍS. Este mismo simulador da un 50% de probabilidades de que Polonia, el primer rival mexicano, sea eliminado en la primera ronda.
El entrenador en turno es Tata Martino. El argentino dirigió al Barcelona de 2013 a 2014, sin la fortuna de ganar la Liga, la Copa del Rey o la Champions; también dirigió a la selección albiceleste y sus dirigidos perdieron dos veces la Copa América. Su único trofeo como director técnico de una selección fue una Copa Oro ganada con México en 2021. Martino es el decimoséptimo entrenador del Tri desde 1986. Martino, Ricardo La Volpe (2002-2006) y Juan Carlos Osorio (2015-2018) son los únicos entrenadores en tener un ciclo estable. Sin embargo, con Martino las dudas sobre su trabajo aumentaron por perder el clásico contra Estados Unidos en distintos torneos y por tener problemas para impulsar la renovación del equipo.
México es el segundo país con mayor promedio de edad en Qatar, con 28,5 años. Martino privilegió a los experimentados antes que darle un paso serio a la renovación. En la portería, por ejemplo, cerró el grifo de la juventud al llamar al guardián Guillermo Ochoa (37 años), Talavera (40) y Rodolfo Cota (35). En la defensa mexicana ya se vislumbra el cambio de estafeta con los llamados de Héctor Moreno (34) y Néstor Araujo (31), adicionados los juveniles Johan Vásquez (24), César Montes (25), Kevin Álvarez (23) y Jorge Sánchez (24). Otro de los grandes veteranos es Andrés Guardado (36), quien jugará su quinta Copa del Mundo. Los delanteros llegan en el pico de rendimiento: Raúl Jiménez (31), Rogelio Funes Mori (31) y Henry Martín (30). El problema es que Martino cortó las alas a dos jóvenes talentos como Diego Lainez y Santiago Giménez, ambos en clubes de formación en Europa.
Hablar de Javier Chicharito Hernández sobra a estas alturas debido a que fue borrado de la selección por distintos actos indisciplinarlos que habían generado la molestia del grupo desde el Mundial pasado. Carlos Vela cerró su ciclo justo cuando Martino había llegado al cargo. Fuera de ellos y de los 26 seleccionados, el fútbol mexicano afronta un problema para encontrar los jóvenes talento. Y, como si fuera una novela, el propio enemigo está en casa: la Liga mexicana privilegia a los clubes para que jueguen hasta con nueve futbolistas extranjeros. Con cierta inestabilidad, hay jugadores que pueden ser la luz para México. Hirving Lozano, el demonio que corre por las bandas en el Nápoles, llega al torneo sin lesiones y a tope; Alexis Vega, el nuevo 10, llega ya como el patrón de la banda izquierda. Luis Chávez, mediocampista sorpresa en la convocatoria, ha demostrado la finura con la que toca el balón.
El reto será sobrevivir a la potencia del mejor delantero de Polonia y de Europa, Robert Lewandowski (este martes 22 de noviembre, 10.00). El duro choca contra los polacos será la prueba de los mexicanos para demostrar que las dudas en las eliminatorias ya se disiparon. El Tri ya ha dado sorpresas como en Brasil 2014 cuando venció a la Croacia de Modric y empató frente a los brasileños. Es ahí donde los mexicanos se aferran a creer en una victoria contra los polacos y a robarle algún punto a la Argentina de Messi. El partido contra Arabia Saudí tiene que significar una victoria si quieren pasar de ronda. La última vez que el país no pasó de ronda fue en Argentina 1978 cuando terminó último en su grupo, donde coincidió con Alemania Federal, Túnez y Polonia. A México le toca jugar contra las probabilidades.