Una de las grandes preocupaciones de mi papa, José Sulaimán, fue ver la manera como la gran mayoría de los boxeadores terminan su vida en condiciones precarias y hasta en la miseria des pues de haber sido ídolos por sus hazañas dentro del ring.

Este fenómeno de ninguna manera es exclusivo en los boxeadores, en sí, la gran mayoría de los deportistas y personalidades del espectáculo tienen esa sombra que los acecha sin darse cuenta durante toda su carrera.

Es un hecho que muchos de los que llegan al estrellato provienen de cunas humildes y que encuentran en su disciplina la oportunidad de sobre salir y llegar a ser alguien en la vida. En el boxeo si es una abrumante generalidad, la gran mayoría, si no es que todos los boxeadores provienen del barrio bravo de cual sea su ciudad en todos los países del mundo.

Después de mucho trabajo, sacrificio, determinación y muchos golpes, por fin llega el éxito. Se corona el campeón, con el triunfo llega la fama y el dinero. Durante algún tiempo se mantiene sencillo y enfocado, pero de repente, sin darse cuenta, llega un día, esa pelea espectacular que lo lleva de ser campeón a ser ídolo; Se convierte en celebridad, es reconocido en las calles, restaurantes, aeropuertos así empiezan a llegar las tentaciones. Entran en una burbuja que se convierte impenetrable para la mayoría de quienes estuvieron cerca del desarrollo del campeón; Esa burbuja es exclusiva para mujeres hermosas, nuevos amigos que supieron meterse en un círculo de amistad efímera, interesados y oportunistas que saben muy bien armar una fiesta, una salida en yate, viajes a lugares exóticos, acceso a joyas, ropa, autos, todo tipo de lujo que por siempre vio inalcanzables el campeón. También llega el alcohol y las drogas, placeres nunca antes imaginados y la vida queda totalmente fuera de su control. Oportunidades para invertir con propuestas casi siempre engañosas y falsas y fraudulentas.

 

Las personas que en realidad aman y se preocupan por el campeón, son bloqueadas, expulsadas y hasta lastimadas, no se pueden acercar a la burbuja…. Pasa el tiempo, terminan los éxitos en el ring, las habilidades se van mermando, llegan nuevos talentos, jóvenes y fuertes hasta que un día todo se acabo; Despierta el ex campeón, la burbuja se reventó, todos quienes estaban en ella desaparecieron llevándose todo; Ya no hay dinero pero si hay deudas, el público le aplaude a alguien más e inicia una vida llena de depresión, soledad y lo único que queda son los recuerdos.

Tengo la esperanza que este fenómeno este perdiendo fuerza; Veo peleadores más conscientes, mas preparados y rodeados de personas de bien. Esto debe de planearse, tener conocimiento y educarse antes de que sea muy tarde, darle la espalda a la burbuja.

Hoy existe una herramienta que es altamente frágil, así como te puede ayudar y llevarte a la cima, también te puede destruir. Las Redes Sociales.

Twitter ( X ), Instagram, Tik Tok, Facebook y otras tantas mas. Lo que se publica ahí, se queda para la eternidad, no hay vuelta atrás; Las respuestas no tienen filtro y así como te pueden alabar, también te pueden atacar sin misericordia, muchas veces de manera anónima y cobarde; Los comentarios llegan a ser altamente ofensivos, tendenciosos y salvajes, existe el acoso, el ataque sistemático.

Si un boxeador no sabe interactuar en redes debería de mantenerse alejado de las mismas; Se creen los ataques y hacen todo para combatirlos y probar cosas que no necesitan comprobación pues son falsas y solo se hacen campañas para lastimar la salud mental.

Lamentablemente vivimos en un mundo en el que el valor esta medido por el número de seguidores y numero de likes que uno tiene en redes sociales.

Ryan García llego a obtener inmediata popularidad en el boxeo al tener millones de seguidores en redes sociales. Se convirtió en un inmediato “producto” de gran interés para los promotores y la televisión.

También son las redes las que lo han llevado a una situación critica en la actualidad. Es conocido que Ryan ha batallado con temas de salud mental por muchos años, inclusive estos problemas lo han llevado a alejarse del cuadrilátero en un par de ocasiones. Hoy esta en caida libre y es cuando necesita aceptar la ayuda que gente que lo quiere esta ofreciendo. Julio Cesar Chavez se ha ofrecido pues el gran campeón mexicano vivió un infierno por muchos años y es un caso de éxito, si se puede curar pero necesita atenderse.

Todos sufrimos de problemas de salud mental, es una enfermedad silenciosa que tiene muchas vertientes, ansiedad, depresión, auto estima, paranoia y muchas otras modalidades que van desde muy simples y manejables hasta niveles de llegar al suicidio.

Es difícil dar el primer paso pero haciendolo todo cambia y tiene solución. Hablar, sacar los temores y preocupaciones, puede ser con un amigo o con terapeutas especializados, tomar medicamentos, en fin buscar ayuda para curarse.

Todos podemos ayudar a quien ni siquiera nos imaginamos que esta pasando por problemas de salud mental, desde una sonrisa, una platica cordial hasta actuar y ayudar a encontrar soluciones.

Sabias que …. El boxeador lleva una vida muy complicada y sumando el estigma de que los hombres deben ser fuertes, machos y aguantar todo, no llorar, no demostrar flaqueza. Sumado al trabajo físico que conlleva ser boxeador, miles de rounds de sparring, incontables días separados de sus familias, subirse al ring poniendo en riesgo su integridad física. EL Consejo Mundial de Boxeo esta trabajando en temas de salud mental para lograr un sistema obligatorio de atención y monitoreo.

Anécdota de hoy ….. Julio Cesar Chavez conoció a mi papa muy jovencito, Ramon Felix lo llevo y Julio iba en playera con hoyos, humilde, tímido pero con esa sonrisa carismática que solo el tiene. El gran campeón mexicano ganaba millones de dólares, su popularidad era inmensa y tenia el mundo en sus manos. Lamentablemente cayó en los demonios del alcohol y la cocaina, muchos años de sufrir y varios intentos de rehabilitarse, hasta con la ayuda de Dios y muchas personas que lo quieren logró hacerlo. Julio visitó a mi papa en el hospital UCLA en varias ocasiones, la última fue 17 días antes de morir. Ese 29 de diciembre de 2013, mi papa le dijo al campeón “ Mi querido Julio, que felicidad tengo de verlo bien, gracias a Dios usted ya esta bien y se que nunca volverá a caer, mi campeón, ahora si ya puedo morir en paz “.