La decisión que enfrentó el gerente general de los Kansas City Chiefs, Brett Veach al final de la temporada pasada fue impactante y complicada.
Firmar al receptor Tyreek Hill a largo plazo o canjearlo.
Dos opciones. Dos formas opuestas de trazar el futuro de la franquicia.
Veach lo pensó durante seis semanas, sabiendo que los aficionados querían que el dinámico armador siguiera en el conjunto, pero que ello afectaría al equipo con problemas de límite salarial en los próximos años.
A finales de marzo, Veach habló por teléfono con su contraparte de los Miami Dolphins, Chris Grier, y llegaron a un acuerdo: Hill se dirigía a Miami por un paquete de cinco selecciones de draft –que los Chiefs usarían para fortificar su plantilla– y obtener flexibilidad financiera.
“Dimos un paso atrás y decidimos, ‘¿Cómo vamos a mejorar las cosas en ambos lados?’. Y por eso decidimos que era lo mejor para nosotros y lo mejor para Tyreek”, indicó Veach en ese momento. “Fue el mejor escenario para ambos”.
Finalmente Veach utilizó el capital en el draft y la libertad financiera para reabastecer la plantilla que enfrentará a los Cincinnati Bengals el domingo en su quinta aparición consecutiva en el Juego por el Campeonato de la Conferencia Americana.
Los Chiefs utilizaron la selección de primera ronda de Miami –tras un canje con los New England Patriots– en Trent McDuffie, cuyas estadísticas se encuentran entre las mejores para un esquinero novato esta temporada. La selección de segunda ronda –tras otro canje con los Patriots– fue usada en el receptor Skyy Moore, quien ha sido una versátil incorporación a la ofensiva.
Igualmente importante fue que los Chiefs usaran el dinero que le habrían pagado a Hill en otros jugadores: firmaron a los receptores abiertos JuJu Smith-Schuster y Marquez Valdes-Scantling, adquirieron al profundo Justin Reid, agregaron al liniero defensivo veterano Carlos Dunlap y aún les quedó algo.