Miguel “Alacrán” Berchelt arrolló al valiente, aunque superado, venezolano Edixon “Cabeza de gato” Pérez, quien se quedó en su banquillo tras un tórrido y furioso «séptimo infierno», ronda en la que absorbió y se desmoronó bajo un torrente de demoledores golpes al cuerpo y combos a la cabeza que produjeron duchas de sudor.

La pelea de peso ligero tuvo lugar en el gimnasio de la  UAT en  Reynosa, Tamaulipas. El público, animado, deportivo y agradecido, rugió cuando Miguel recibió el magnífico Cinturón Reynosa de manos del Alcalde Carlos Víctor Peña Ortiz y del Presidente del WBC, Mauricio Sulaimán.

Jubiloso, Miguel dijo: “Fue duro, pero lo fui desgastando y lo quebré. En el séptimo asalto fue cuando apliqué una presión severa con tantos golpes y estoy encantado con este cinturón. Ahora quiero pelear por el cinturón ligero Verde y Oro del WBC y traerlo a casa”.

En el primer asalto, Edixon atacaba pero era atravesado por una andanada de derechas del mexicano de mayor alcance. En el segundo asalto, ambos se estaban tanteando con fintas, pero luego Miguel conectó un gancho de izquierda al cuerpo, una derecha a la cabeza y otra izquierda a las costillas.

Edixon estaba contraatacando en el tercero, pero de repente Miguel desató un aluvión puntuado por una gran derecha, que hizo que la cabeza de su oponente se echara hacia atrás.

Para el cuarto asalto, Edixon estaba con la boca abierta y recibiendo castigo, pero apretó los dientes, protegido por su protector bucal, y logró capear el empeoramiento, la acumulación y la inminente tormenta… hasta el séptimo.

Fue entonces cuando Miguel abrió las compuertas y lo golpeó con truenos, relámpagos, torrentes y todo lo que pudo. Dos izquierdas y luego una derecha a la cabeza lo tambalearon y casi lo tiran. Intentó contraatacar, pero se desvanecía visiblemente bajo la lluvia sostenida de golpes.

El dulce sonido de la campana y un minuto completo de descanso no fueron suficientes. Dio por terminada la pelea después de una noche tórrida.

Disputando el cinturón mosca juvenil del WBC, Sheyla Moreno Castillo y Brisa Sarahi Olivia se enfrentaron desde la campana inicial. Con su coleta moviéndose con determinación, Sheyla lanzaba golpes con fuerza, conectando a la cabeza y al cuerpo, pero la zurda y más alta Brisa replicó con un sólido gancho de izquierda y un punzante jab de derecha.

En el segundo asalto, Sheyla se lanzó con una feroz combinación a la cabeza, pero Brisa respondió con un uppercut de izquierda preciso. Las manos de Sheyla eran más rápidas, sin embargo, ambas púgiles se abrieron en las postrimerías del cuarto asalto. En el asalto siguiente, una gran combinación de derecha-izquierda hirió a Sheyla.

En el octavo y último asalto, Sheyla peleaba con las manos bajas y la cabeza gacha. Durante los veinte segundos finales, ambas descargaron hasta el último golpe, como si fueran boxeadoras bíblicas. Ambas se entregaron y ninguna dio un paso atrás. Esto puso al público de pie. Ambas habían dado todo de sí y los jueces la puntuaron como un empate.

Otra pelea estelar de esta legendaria noche en una cartelera de once combates abarrotada, fue en el peso superligero, entre David Moreno Potrero y el espigado José Luis Vázquez.

David, que tenía golpes más potentes, sacó la mejor parte en la mayoría de los intercambios y a menudo se fue al toma y daca con José, negando su mayor alcance, acorralándolo contra las cuerdas y poniéndose a trabajar.

Mientras David cambiaba de guardia (switch hitting), José se zafaba de los encuentros cercanos y contragolpeaba bien. Para el sexto, David lo estaba transformando en una guerra de desgaste, alternando el ataque al cuerpo y a la cabeza. Respeto mutuo y, después de un séptimo asalto de fría evasión y persecución intensa, David le dio una palmadita suave a José en el estómago justo cuando sonaba la campana.

Se abrazaron antes del octavo y último asalto y, justo después de la campana, David llevó a José a las cuerdas. Siguieron feroces intercambios. Pero la intensidad del ritmo de trabajo de David a lo largo de la pelea le valió merecidamente la Decisión Unánime (DU).

Hubo grandes momentos antes del evento principal de Berchelt, con grandes de todos los tiempos como Julio César Chávez, Carlos Zárate, Alfonso Zamora, Erik Morales, José Luis Castillo, Cristian Mijares y Johnny González, subiendo al ring, para deleite del público que vitoreó hasta quedarse afónico.

Una noche de boxeo absolutamente fabulosa en Reynosa que será recordada por mucho tiempo.