Ciudad de México. — Fernando Valenzuela, uno de los peloteros mexicanos más influyentes en la historia de las Grandes Ligas, volvió a quedarse fuera del Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, luego de que el Comité de la Era del Béisbol Contemporáneo anunciara este domingo a los elegidos para la Clase 2026.

El comité decidió entronizar únicamente al ex segunda base Jeff Kent, quien obtuvo 14 de los 16 votos disponibles, superando el 75 % requerido. El resto de los aspirantes no alcanzó el respaldo necesario: Carlos Delgado recibió 9 votos, mientras que Don Mattingly y Dale Murphy sumaron 6 cada uno, todos por debajo del mínimo de 12 sufragios.

Valenzuela, al igual que figuras como Barry Bonds, Roger Clemens y Gary Sheffield, obtuvo menos de cinco votos, cifra que además de marginarlo de esta elección lo coloca en riesgo de quedar fuera de futuras consideraciones.

De acuerdo con las nuevas reglas del Salón de la Fama, “El Toro” tendrá una última oportunidad en diciembre de 2031, cuando vuelva a aparecer en la boleta del Comité de la Era Contemporánea. Si en esa ocasión no logra al menos cinco votos, será eliminado definitivamente del proceso.

El ex lanzador sinaloense ya había tenido un paso breve por la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA), de la que fue descartado tras las votaciones de 2003 y 2004. Aunque acumuló 173 victorias en 17 temporadas, su candidatura ha chocado con el criterio no oficial que favorece a los pitchers que rebasan las 200 victorias.

No obstante, su legado va mucho más allá de las estadísticas. Valenzuela se convirtió en un ícono cultural en la década de 1980, durante la llamada Fernandomanía, que marcó una nueva era de conexión entre la afición latina y las Grandes Ligas. Su irrupción, en plena tensión entre la comunidad mexicana y el Dodger Stadium por los desalojos de los años 40, ayudó a sanar heridas y consolidó una nueva generación de seguidores.

Pese a su ausencia en Cooperstown, Fernando Valenzuela sigue siendo una figura de admiración profunda en México y en la comunidad latina en Estados Unidos, donde su impacto social y deportivo permanece intacto.