Cinco anillos de campeón de la NBA. Un Oro Olímpico. Tres veces Jugador Más Valioso de la Liga. Miembro del Salón de la Fama. 17 mil 707 puntos anotados. Earvin “Magic” Johnson colecciona triunfos, pero atesora más otra cosa.
Gloria del baloncesto, el ex astro de los Lakers de Los Ángeles, protagonista de la docuserie They Call Me Magic, sabe cuál es su mayor victoria: seguir vivo.
“Jamás pensé que seguiría aquí más de 30 años después de que anuncié que tenía VIH. En ese entonces (1991), eso era una sentencia de muerte. Pero ahora estoy aquí, sentado. Esa ha sido mi bendición y mi gran juego”, explica en un encuentro con medios.
A estrenarse este viernes por Apple TV+, They Call Me Magic es una mirada a la dualidad del base de 2.06 metros oriundo de Michigan. A sus victorias y derrotas sobre y fuera de la duela, al hombre hogareño que es Earvin y a “Magic”, el prestidigitador del balón que fue.
Tras el éxito de The Last Dance (2020), docuserie sobre Michael Jordan, los fans esperaban los focos sobre “Magic”. Su existencia tiene drama y emoción a grados superlativos.
Líder de la era “Showtime” (por su espectacularidad) de los Lakers entre 1979 y 1990, el autor de pases inimaginables anunció su retiro en 1991 por ser seropositivo. Esperaba empatía, pero enfrentó discriminación a todos niveles.
Venciendo tabúes y miedos de la época, regresó para jugar con el Dream Team en los Olímpicos de Barcelona 92. Más tarde, fue coach, presentador de televisión, empresario musical, activista, filántropo y dueño de franquicias deportivas… y lo que le falta.
“Creo que ‘Magic’ significa que puedes tocar la vida de los demás de manera positiva”.
“Yo sabía, creo, todo sobre mí mismo. Lo que fue interesante de la docuserie fue enterarme cómo la gente se sentía sobre mí como jugador, como hombre, esposo, madre, empresario. Eso me sorprendió”.
Bajo la dirección de Rick Famuyiwa (Dope), son decenas los entrevistados que hablan sobre Johnson. Están ahí los ex Presidentes de EU Barack Obama y Bill Clinton, el rapero Snoop Dogg y el actor Samuel L. Jackson.
Los testimonios de los basquetbolistas son legión, pero dos tocan en especial el corazón de “Magic”. Sus rivales, Michael Jordan, titán de los Chicago Bulls, y Larry Bird, genio de los Celtics de Boston.
“En 1984, cuando me enfrenté con Larry por un campeonato, todos en el país querían ver la serie. En el 85, lo mismo: era Larry contra ‘Magic’. Construimos lo que es hoy la NBA.
“Jordan mismo dice eso: ‘La gente me dice que yo transformé la liga, pero eso lo hizo ‘Magic’. Creo que es correcto: Larry y yo cambiamos la NBA, y Jordan la llevó a otro nivel”.
“Magic” tiene hoy 62 años y conserva esa sonrisa con la que se hizo famoso en 1979 al ser la primera selección del Draft de la NBA. Se define como un ganador, un competidor y un hombre preocupado por su comunidad.
Sobre su legado deportivo, parece tenerlo claro. Asegura, por ejemplo, valorar su mentalidad ganadora y el haber hecho que sus compañeros jugaran mejor.
“También que amé el juego y amé competir. Que jugué con gozo y pasión cada noche. Que no me guardé nada en la cancha y jamás hice trampa. Creo que dejé una buena marca. Ahh, ¡y cómo pasaba el balón sin mirar al otro jugador!”.