El Centro Libanés de la Ciudad de México celebró un homenaje a Don José Sulaimán Chagnón, mi querido padre, el cual fue emotivo y quedará por siempre en la memoria y corazón de los seis hijos, catorce nietos y amigos de nuestra familia Sulaimán Saldívar.

Bajo el liderazgo del presidente del Club Libanés, Javier Dergal, fuimos convocados a una cena a la que asistió la comunidad libanesa, familia, campeones y miembros de los medios de comunicación que compartieron incontables momentos de alegría con Don José.

Fue un evento sencillo y emotivo; las palabras de Javier Dergal describiendo el paso de mi papá por la vida, Rodolfo Vargas, quien fue el maestro de ceremonia, también nos regaló hermosas palabras con alta sensibilidad, seguido por mi hermana Lucy, quien dedicó su intervención a describir nuestra vida como familia, la sencillez que caracterizó a mi papá y la incondicional dedicación de Doña Martha para acompañar por siempre a “su gordito”.

Se proyectó un video preparado por mi hermano Pepe, una joya que ilustra en pocos minutos una vida llena de felicidad y plenitud, trabajo incansable, sueños y propósitos culminados en logros que cambiaron el rumbo del boxeo a nivel mundial. Finalmente, mi sobrina Mónica nos regaló hermosas palabras en las que agregó a su abuelita a este hermoso homenaje.

Nos acompañaron muchas personas queridas, cómo quisiera poder mencionar a todos y cada uno de quienes estuvieron presentes; mi gratitud eterna por haber estado ahí, un miércoles lluvioso y de gran tráfico.

Don Carlos Slim, quien estuvo presente, ese gran hombre que siempre brindó su amistad a mi papá; su hijo Carlos, el recién llegado a México , embajador de de Líbano en México, el Dr. George , amigos entrañables, Dr. Armando Ahued, Ing. Bagur, los medallistas Jesús Mena, Carlos Mercenario y Daniel Aceves, el exboxeador que ayuda a tantos boxeadores como líder del Sindicato del Metro, el Ing. Fernando Espino, Franco Carreño, quien desde niño convivió con mi papá…

Sabias que?…El ingeniero Carlos Slim viajo a Los Angeles cuando mi papá estaba en el hospital y fue un día inolvidable para Don José ya que su amigo entrañable llegó hasta su habitación para conversar y recordar muchas anécdotas que ambos vivieron durante todos los años que convivieron y eso lo agradeció mi papá porque el ingeniero lo hizo pasar unas horas felices, así como a la familia.