Poca acción en un primer round en el que era claro que ambos buscaban esperar el primer ataque del rival para ir midiendo el tamaño de la pegada, sin embargo, acabó en un auténtico round de estudio en el que no pasó nada.

Fue hasta los primeros 30 segundos del segundo round cuando el mexicano dio muestra de su poder y puso en aprietos a Charlo con un volado de derecha que terminó cimbrando al norteamericano, quien respondió caminando el ring para evitar castigo.

Charlo desde los primeros rounds dio muestras de que llegó al ring sin ganas de pelear, con una estrategia basada en recibir el menor castigo posible pero sin soltar las manos para buscar hacer algo de mella en la humanidad de Canelo.

Por parte del mexicano, fiel a su estilo, fue buscando el cuerpo del rival en cada oportunidad posible para ahí ir generando el daño suficiente para terminar con un Charlo que no encontraba la manera de acomodarse en el ring.

Fue hasta el quinto asalto cuando vimos los primeros intentos de Jermell por poner en aprietos a Saúl con una breve combinación de dos golpes que terminaron por ser un fugaz e insípido ataque estadounidense.

Poco menos de un minuto había pasado del séptimo asalto cuando Canelo metió un par de golpes que terminaron por mandar a Charlo a la lona por primera vez en la velada pero el mellizo se levantó para mantenerse en la reyerta.

La pelea se fue haciendo adulta y el público que abarrotó la arena fue perdiendo la paciencia, exigiendo al jalisciense ir por el nocaut que tanto se le ha pedido y que se le ha negado en los últimos años, sin embargo, Canelo no perdió su plan de pelea y el daño lo hacía pero en el cuerpo de Charlo.

Al final la pelea tuvo que llegar a la definición en las tarjetas, en donde el mexicano no tuvo ningún problema para salir con la mano en alto ya que dominó, por decisión unánime.