En estos meses de encierro nos hemos dado cuenta de una cosa: el ejercicio es indispensable en nuestra vida, principalmente por dos motivos. Trabajar los músculos del core nos permite mantenernos en nuestro peso ideal y, con ello, fortalecer nuestro sistema inmunológico, pero además, cuando se trata del bienestar emocional; moverse, estirarse y sudar es como un apapacho al corazón.

Los motivos por los que cada una hace ejercicio y la manera en la que nos relacionamos con esta actividad es siempre muy distinta. En mi caso, solía ser desde la culpa, cuando sentía que había comido de más durante el día o que no tenía la talla que deseaba. Han pasado muchos años para entender que moverse sin excusas, como cuando realizo ejercicios fáciles para hacer en casa, es uno de los mejores regalos que me puedo dar y no hace falta nada más que desearlo.

No importa si eres principiante o la más experta, siempre hay días que cuesta trabajo salir del letargo, ponerse los leggings, ajustarse los tenis y entregarse al movimiento. Pero hay una cosa cierta que te puedo asegurar, y es que siempre, sin excepciones, te sentirás mucho mejor a como te sentías una vez que hayas terminado cualquier rutina. La actividad física, sumada a una alimentación saludable y 8 horas de ejercicio es clave para desarrollar una salud integral.

Para la pregunta, ¿cuánto ejercicio debería hacer? La respuesta dependerá de cuál es el objetivo que quieres alcanzar con ello. En este caso no hablamos de lograr cambios físicos ni de bajar tus tiempos si realizas un deporte, si no de hacerlo solo con la intensión de mantenernos saludables. No es que existan limitaciones por la edad, muchas personas que son mayores pueden tener un aguante físico mayor al de alguien más joven por haber construido una vida saludable. De igual manera te damos una guía para que tengas un parámetro.

La rutina de estiramientos rápida y efectiva que necesita tu cuerpo
Pasar demasiado tiempo sentadas hace que estirarse sea algo primordial para mantener los músculos en el mejor estado. Esta rutina es todo menos aburrida.

De la adolescencia a los 20
Esta es una de las etapas más cruciales para mantenerse activo, ya que el cuerpo físico está en cambio permanente. Se gana altura, peso y, en consecuencia, masa muscular. Durante esta etapa es recomendable mantener al menos una hora de ejercicio diaria, la cual idealmente podría ser complementada (en caso de que las clases sean obligatorias) por algo que nos guste hacer como un deporte o bailar. En este momento de la vida es importante cuidar el sedentarismo que podría causar el celular, la computadora o los videojuegos.

De los 21 a los 40
Quizá sea en esta etapa cuando más conscientes nos hacemos de la importancia de cuidarnos y fortalecer nuestro cuerpo, pero también cuando más ocupados estamos con otras actividades. Sabemos que todo es posible si nos organizamos. Es recomendado hacer por lo menos tres horas de ejercicio moderado a la semana, podría ser los ejercicios para tener abdominales fuertes, o cualquier otra rutina de brazos o glúteos. A esto debes sumarle unos 75 minutos de otra actividad física más intensa, como cualquier ejercicio de cardio.

De los 41 a los 65
Durante estas edades es recomendado el mismo tiempo que en la anterior: mínimo tres horas de ejercicio moderado a semana más 75 minutos de otra actividad más intensa, aunque los tiempos pueden variar ligeramente, así como el tipo de actividad, que puede ser menos demandante. Los ejercicios de cardio serán muy relevantes en esta época, inclusive más que los de fuerza. En este proceso aprenderás a escuchar tu cuerpo para probar tus propios límites y saber hasta dónde puedes llegar.

La alimentación y el ejercicio van de la mano. Si decides empezar a correr, así lo puedes complementar con tu alimentación diaria

A partir de los 65
De los 65 en adelante será muy importante no caer en el sedentarismo. Es una etapa para disfrutar y mantenerse en las mejores condiciones. Para ello, es recomendable moverse una hora al día. En absoluto necesita ser intenso, con mantenerse en movimiento será suficiente, como realizar caminatas por el parque o cualquier superficie plana y realizar estiramientos de manera regular.

Ahí está, ya tienes los parámetros, el siguiente paso será ponerlos en práctica. No es fácil cambiar viejos hábitos por otros nuevos, pero con intensión y constancia se ha demostrado en numerosas ocasiones que todo es posible. Regálate unos minutos cada día y no dejes de moverte.