Sinaloa es la tierra bendita del norte donde además de los platíos de amapola, opio y yerba verde y seca con las características de la mariguana, además de los laboratorios más antiguos para procesar la droga que el mercado norteamericano demanda, se produce es en ese territorio chilero y tomatero, donde los mejores productores de hortalizas de Hidalgo y la región aprendieron las técnicas modernas de la década de los años 90 del siglo anterior, en el pacífico mexicano.
Según el autor del Siglo de la Drogas, el sociólogo Luis Astorga,, durante el siglo 18 es región produjo volúmenes relevantes de drogas que alimentaron la demanda oficial y extraoficial hasta pasada la segunda guerra mundial. Por ello los capos de este país había sido de Sinaloa y no de Jalisco no de Tamaulipas.
Astorba da fe de los laboratorios subterraeos localizados en esa región, donde hay avances importantes en el tema de los enervantes, algunos laboratorios de medicamentos controlados tenían y tiene sus centros de producción en tierra sinaloense.
Quizá por eso y más el Joaquín Guzmán Loera conocido como El Chapo, sento sus reales en su tierra natal, lo mismo que su familia, identificaron en la producción de enervantes un rentable negocio que por lo pronto ya esta en la segunda generación y potencialmente llegaría a la cuarta descendencia. Modelo no aplicable en otros renglones de las economías primaria, secundaria y tercearía.
Históricamente Sinaloa y el “Triángulo Dorado” al que se circunscribe esa región son los productores de opio y sus derivados desde el siglo 18, 19, 20 y 21. Sin ignorar que es una región prominente en producción de tomate y chile serrano lo mismo que otras hortalizas, como el pepino, frutales como la sandía y el melón.
Por ello, más allá de lo se pueda especular sobre la liberación o la falta de acción de la milicia, la marina o la policía federal para detener al Hijo de Joaquín Guzmán Loera, quedara en eso para la historia, en meras especulaciones.
Pues más allá de que la nación mexicana tiene capacidad para producir los arnaes de los vehículos de fuerza motriz con sus modalidades de autos electrónicos, la actividad de la producción de estupefacientes es la región sinaloense es parte de la naturaleza de los ciudadanos del pacifico.
No fue para nada fortuita la filtración del dialogo de los gobernantes mexicano y de norteamericano sobre la fallida acción y reacción en la estampida de Hijo del sentenciado a cadena perpetua en esa nación.
También la justificación del Jefe del Ejecutivo Mexicano era inecesaria, pues desde la primer campaña por la presidencia de la república, los grupos y bandas con actividad en la producción y tráfico de estupefacientes, mostraron simpatías por el ahora Presidente de la República. En aquel tiempo, por lo menos en los municipios fronterizos de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, los grupos de ese ramo simpatizaban con el tres veces candidato a la Presidencia de la República.
En esa época había un solo grupo, una sola banda desde Matamoros hasta Piedras Negras y al menos lo que pude reportar como Corresponsal de La Jornada, fue que desde Matamoros hasta Nuevo Laredo, coincidentemente los grupos de esa naturaleza simpatizaban con el ahora Presidente. Sin pretender afirmar o sostener que hubo algún acuerdo no escrito. En esa ocasión los envidados de ese Diario a Nuevo Laredo, fueron encañonados cuando concluyó el evento frente, a la Presidencia Municipal, solo buscaban confirmar que eran personas de paso ocasional por la visita del candidato presidencial.
Escoltaron a los reporteros hasta la desviación a Miguel Alemán, en automático los cuidanderos del territorio retornaron a la Ciudad de Nuevo Laredo, en aquel tiempo predominaba un solo grupo.
O sea, el hombre transitaba sin ningún temor, porque con su espíritu rebelde sus propuestas y el discursos del aspirante presidencial que en aquella época enfrentaba la “Comandante Borolas”, coincidía con el espíritu reaccionario de esos grupos.
El hecho ocurrido con el escape del Hijo de Guzmán Loera, no es sin precedentes. Ya que los expresidente Vicente Fox lo mismo que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, consintieron las estampidas y la entrega del Capo de Capos del cual los italianos han escrito sus historias, anecdotarios y referencias. En Forencia proliferan los escritos sobre Guzmán Loera.